Está instalada en Puerto Varas ocupando todas sus energías en desarrollar la innovadora empresa que creó y cuidar a su pequeña hija Alegra, de un año. Con sólo 30 años, nacida en Osorno, ya es considerada una de las jóvenes líderes de su generación debido al éxito de su emprendimiento.
Francisca Apparcel obtuvo por eso el premio Mujeres Líderes 2010, lo que la estimula a encontrar nuevas formas para continuar con un negocio que a todas luces se ve revolucionario: producir cuero de piel de salmón.
Ingeniera comercial de la Diego Portales, sus inquietudes de trotamundos le abrieron las puertas. Tras un intercambio de 4 meses en Estados Unidos y unos extensos viajes por América, especialmente, Perú, descubrió que podía establecer un negocio dedicado a las creaciones hechas con algodón peruano. Así, al titularse, se fue a Lima e instaló su taller de ropa informal femenina que distribuyó en diversas boutiques.
Durante un año y medio se abocó a ‘4-20’, su marca de ropa, hasta que en una visita al sur de Chile conoció a Stiven Kerestegian, se casó y partió al estado de Nueva York donde él se sumó a un proyecto de innovación de Kodak.
-¿Cómo surgió esta idea de crear cuero de salmón?
“Estábamos pololeando con Stiven y entramos a una tienda de Puerto Varas donde yo vendía ropa de la que hacía en Perú y nos encontramos con unos cinturones de cuero de salmón.
“Cuando el 2006 partimos a EE.UU., Stiven creó una empresa bajo el nombre de Diseño Limitada a la cual sumamos algunos socios estratégicos. De esta matriz nació luego, ES Salmon Leather. Nos fuimos con distintas ideas, pero finalmente nos decidimos por el cuero de salmón. Como en EE.UU. no tenía visa para trabajar ocupé mi tiempo en buscar financiamiento para desarrollar este negocio”.
Cuenta que se ganaron el Capital Semilla línea 1 de Sercotec con el que hicieron los estudios de mercado y los planes de negocio. En eso estaban cuando descubrieron que en vez de hacer piezas individuales de un solo pescado –como había en ese momento en el mercado- podían dar cuerpo a una pieza grande de cuero.
“Lo transformamos en un textil y cambiamos el formato de lo que se conocía hasta entonces como cuero de salmón. Con eso se pudo pasar de elaborar cinturones, billeteras y marcadores de libros, a sofás, ropa, carteras”, explica.
-¡Cualquier cosa!
“Sí, se trata de una tela de grandes dimensiones y con ella puedes elaborar muebles, papel mural, cortinas y otras cosas. De hecho lo comercializando por metro lineal”.
-¿Desarrollaron algo en Estados Unidos?
“Antes de irnos visitamos productores y testeamos y cuando ya estábamos allá nos pusimos a probar, a investigar, lo transformamos en nuestro hobby. Simultáneamente empezamos a investigar si había interés en estas piezas.
“También nos ganamos un fondo de Innova de apoyo a la propiedad intelectual, lo que nos permitió patentarlos en EE.UU. y en Chile y ahora lo estamos haciendo en Europa”.
-¿Se volvieron a crear la empresa?
“Regresamos el 2008 directo a Puerto Varas a crear la empresa porque antes de partir nos adjudicamos la línea 2 del Capital Semilla que fueron 40 millones de pesos necesarios para poner en marcha el negocio”.
Francisca se entusiasma y cuenta que su producto es premiun, exótico, ecoleather, caro todavía, que está muy bien posicionado y por eso, está enfocado principalmente a EE.UU., Inglaterra, Francia e Italia.
-¿Por qué se pueden hacer tantas cosas distintas con este cuero?
“Mira, el cuero de salmón tiene un comportamiento similar o mejor a los cueros convencionales como el de vacuno, es decir, en cuanto a resistencia y roce es superior. Por eso se puede aplicar a lo que se te ocurra, así como con el cuero de vacuno tapizan autos, con éste también se puede.
“La diferencia está en que el cuero de salmón tiene unas cualidades estéticas únicas; tiene una tridimensionalidad que al aplicarle fuerza y estirarlo, se le levantan los hoyitos que quedan donde antes estaban las escamas, es decir, se parece a un cuero de pitón. Por eso, se le considera cuero exótico sin serlo porque viene de la industria del salmón”.
-¿O sea, es amigable con el medio ambiente?
“Sí, no se atenta contra una fauna en peligro y además usamos el desecho de las plantas procesadoras de salmón. Antes esto era botado y nosotros lo curtimos y lo convertimos en textil”.
En julio de 2010, en Nueva York se invitó a destacados diseñadores de vestuarios a vestir unos maniquís instalados en las calles y de los 20, dos de ellos eligieron el Salmon Leather para crear sus obras. “La recepción de este material ha sido un éxito”, afirma a la vez que menciona que enfrentan competencia desde Irlanda y Alemania.
-¿Crees que ha sido difícil emprender?
“Es un desafío del día a día. Desde que se nos ocurrió la idea ya van a ser 5 años y todavía nos falta mucho y no podemos vivir al ciento por ciento de esto. O sea, a pesar de tener clientes y estar vendiendo yo presto asesorías y consultorías de emprendimientos en la región. Stiven también hace asesorías.
“Hay que tener una condición emocional para el emprendimiento. Hay meses en que no pasa nada y al final, todos los días son una aventura; la rutina en este negocio no existe, hay que inventar cosas todos los días, ser muy creativos”.
-¿Cuáles han sido las trabas más grandes?
“Al comienzo con la banca; para conseguir un crédito se nos cerraron todas las puertas. También la lejanía del mercado de destino; entablar contacto con diseñadores, clientes que están en Europa y EE.UU. es un desafío importante desde acá, de Puerto Varas”.
-¿Cuál es el mayor desafío que enfrentan hoy?
“Como el cuero de salmón es todavía muy novedoso, nos falta posicionarnos en los mercados de destino, porque hacerlo en ferias con stand implica mucha plata, y además, hay que conseguir clientes. Uno de los grandes desafíos es ser capaz de no cerrarse y hacer todas las cosas que uno sabe y puede hacer. No te puedes dejar de estar.
“También estamos en conversaciones con inversionistas porque queremos tener nuestra propia curtiembre única y exclusivamente de cuero de salmón, que en Chile no existe”.
-¿Tú te imaginaste haciendo esto?
“Siempre me imaginé independiente y al frente de mi propia empresas; no me la imaginaba grande, pero si autónoma. Siempre pensé usar mi inteligencia en mi desarrollo y no que otros la usaran para hacerse ricos, no me refiero a millonarios, con ella.
“Quería una calidad de vida que me dejara conforme y siempre tuve presente que cuando tuviera hijos, quería poder tener el tiempo que me permitiera cuidarlos. La Alegra me acompaña a reuniones, cuando tenemos que viajar por negocios va con nosotros y así no me he perdido nada de su vida. Le he visto cada caída, le doy el almuerzo todos los días y eso ha sido rico”.