Los ojos no sólo reflejarían el alma de las personas, sino que también su estado de salud. Así lo creen médicos profesionales y varios especializados en la iriología, una ciencia que cada día gana más pacientes que esperan ser evaluados a través de la observación de su iris.
Se trata de examinar los tejidos de esta membrana, que no sólo da color a los ojos, sino que también representaría el estado de los tejidos orgánicos, estrés o toxicidad del organismo -en su pasado, presente y proyección a futuro-, pudiendo así identificar cuán bien de salud se está.
“Nacemos con una especie de huella digital del iris, única desde el punto de vista estructural para cada individuo”, cuenta el médico cirujano Ernesto Vega, también director ejecutivo
Escuela Internacional de Medicina Oriental, quién se interesó en aprender iriología morfológica, así como otras herramientas de diagnóstico, como complemento para identificar las enfermedades que afectan a las personas.
Vega explica que el patrón básico con el que todos nacen puede ir modificándose a lo largo de la vida, según los hábitos que se tengan. Así, es común observar que “los iris se van oscureciendo en su tonalidad a lo largo de los años, signo inequívoco del aumento de la toxicidad de los tejidos, muchas veces de origen digestivo”.
“Un ejemplo muy recordado de esto se hace patente en el caso de la fotografía de la National Geographic que se tomo a una niña afgana de 10 años -Sharbat Gula- que maravillaba por el intenso color verde de sus ojos, el que luego de una década varió llamativamente, aunque manteniendo sus patrones básicos estructurales”, recuerda el experto.
Entre los casos de sus pacientes, Vega recuerda el de una mujer de 50 años que quiso consultar a través de esta ciencia su estado de salud. “Luego del análisis iriológico se determinó la necesidad de que consultara a un especialista en ginecología, dado que era llamativa la presencia en su mama derecha de una alteración crónica que, desde nuestro criterio, era necesario investigar”, cuenta el médico. Finalmente, y tras unas semanas, la paciente regresó para agradecer que la derivaran a otro médico, ya que se le había detectado un cáncer de mama de reciente comienzo por lo que fue operada inmediatamente.
“El iris humano nos da mucha información que incluso a simple vista llama la atención”, comenta el experto. Pero advierte que aquellos signos más llamativos, como manchas o formas definidas, suelen no tener mayor importancia desde el punto de vista de esta ciencia. “Cuando la gente se ve marcas intensas en sus iris no tiene que asustarse”, asegura, antes de explicar que existe un mapa iridial que cada década aporta más información acerca de qué zonas específicas del organismo están representadas en cada parte de los iris.
Como explica Vega, todas las personas pueden acceder a ser evaluadas por un iriólogo, a excepción de aquellas que tengan trauma ocular, ya que la inspección de su iris puede ser riesgosa. En otros casos, como diabetes avanzada, cirugía ocular o neuropatía óptica, la información puede no estar clara.