Cecilia Echenique: “Quiero vivir sin coraza, sentirme libre y buscar la sabiduría”

Las alegrías y las penas están plasmadas en sus letras y canciones. Antes lo fue la muerte de su padre y luego, la de su hermano producto del cáncer. Hoy, lo es un embarazo de su hija Elisa que no llegó a término y que implicó meses de espera y sufrimiento.

La madurez de los años le han dado un tono más pausado a Cecilia Echenique, pero ello no significa que en cada producción no ponga toda su pasión y alma. Y esto es lo que pasa con su nuevo disco, “Lo que hoy necesito”, una edición de canciones que habla de amores y penas.

Es su décima quinta producción y sigue un poco la línea de su disco de 2001, “Secreta intimidad”. En “Lo que hoy necesito” habla de amores maduros, de niños que no pueden nacer, de la amistad y también de la violencia intrafamiliar. Por eso dice que es un disco hecho por mujeres para mujeres.

-¿Nuevamente lo defines como un disco de mujeres para mujeres?
“Sí, vuelvo a tomar el hilo de “Secreta intimidad”. Es como el segundo capítulo en la línea de ese álbum y es que me meto en los temas de mujeres como la agresión de pareja; un tema tan actual del cual muchas no hablan, de sentirse agredidas y culpables”.

-¿Cuál es la diferencia entre este disco y “Secreta intimidad”?
“Siempre hay diferencias por ir evolucionando como artista. Uno va incorporando nuevos sonidos, el lenguaje musical de este disco es mucho más actual; el otro fue hecho hace 10 años, pero sigo en la temática femenina que me interesa como la maternidad interrumpida, cómo vivir el dolor de estar esperando un hijo que sabes que va a morir y que es la mezcla del amor y dolor”.

-Este disco no es romántico, meloso. Habla como de un amor sufrido.
“No, por el contrario. Hay una canción que se llama ‘Que manera’ en donde digo que escogí caminar contigo y no me canso de caminar; es una declaración de amor absoluta. Creo que está todo, está el amor nostálgico... están todas las facetas porque el amor tiene de dulce y salado”.

-En este disco nuevamente le escribiste un tema a la Elisa. Antes había sido ‘Mi golondrina’ y hoy le escribes sobre su embarazo...
“‘Mi golondrina’ es una expresión de que uno, como madre, no quiere que los hijos sufran y a pesar de que se les debe dejar volar, se está pendiente”.

-Hoy es distinto. Le hablas de la espera de un niño que no va a nacer o sobrevivir. ¿Cómo lo vives y lo llevas a una canción?
“La canción nace de esta experiencia de acompañar a la Elisa, de ver su valentía y mi admiración sobre cómo enfrenta toda esta experiencia siendo una mujer tan joven y que está empezando su vida. Fue una experiencia muy dura y se trató de cómo poder acompañarla, cómo fortalecerla y ser de alguna manera, como mamá, un pilar importante en los momentos difíciles de los hijos. Por eso sentí la necesidad de hacer una canción”.

-¿Es una canción de duelo?
“Podría ser de duelo, es de curar el duelo. Curó mi propio dolor escribir la canción, ese dolor de vivir todo este proceso en donde uno se siente impotente por no poder resolver un problema”.

El dolor marca algunas canciones y episodios de la vida de Cecilia. Cuando en 2001 murió su padre, perdió la voz por tres meses y ella creyó en un momento que no volvería a cantar. “Perdí la voz de pena”, dice.

-¿Cómo vives tus dolores que los llevas a canciones?
“Los dolores te hacen volver a la esencia de lo que eres como ser humano. En el dolor haces un balance de lo que importa, de darte cuenta que te aferras en la vida a cosas que no valen la pena. Te desnuda absolutamente por dentro y por eso, creo que el dolor te hace crecer, evolucionar. Es la única oportunidad que la vida te da para rescatar tu fortaleza, tus debilidades y esencia. Obviamente hay canciones que hablan de él, como ‘Porque siempre hay tiempo’ –que es una canción importante de mi repertorio- donde habló de una persona que quiero y se enfrenta al fantasma que es que le decreten cáncer. De alguna manera sale de mí un regalo y queda plasmado en canciones.
“No soy una persona que se siente en un escritorio a escribir canciones, que tenga el oficio, siempre las canciones vienen de vivencias, situaciones reales”.

-¿Reflejan lo más propio de Cecilia Echenique?
“Creo que sí. Creo que en las canciones de muy adentro estoy ahí presente”.

-Esta Cecilia ha ido cambiando, casi 30 años de trayectoria musical. ¿Cómo ves esta Cecilia que partió en Mazapán y ahora está de solista?
“La vida te va cambiando, te enseña a mirarla, a aceptarla, a ser más tolerante, a buscar la verdad sin corazas. Uno tiene siempre miedos, pero está el atreverse a meterse siempre al agua, a cruzar el río. Siento que ha habido un proceso; hace 30 años era una niña cantando música infantil y era ingenua y hoy 30 años no han pasado en vano.
“Me enriquecido como ser humano, he vivido experiencias muy ricas y siento que, de alguna manera, todo lo que vas entregando se va plasmando en cada disco y hoy, este disco, expresa a una mujer que tiene una madurez, un pasado, que ese pasado me ha nutrido y que quiero cantar lo que quiero cantar. No estoy cantando ni para ser más famosa, ni ganar todos los ranking, quiero cantar sólo por la necesidad de decir distintas cosas a través de las canciones”.

-¿Qué te dice esa madurez? ¿Estás conforme?
“Bueno, uno nunca está conforme ciento por ciento, quiere cosas más, cosas menos. Mirarse a un espejo y no tener arrugas (se ríe). Siento que de alguna manera, la madurez me ha hecho más feliz, tener menos, me ha hecho ser más valiente... es echarle pa´delante. En la vida nunca hay nada que perder, no eres dueña de nada, ni del amor del otro, ni de tu destino, y eso te enseña que no hay que aferrarse a las cosas”.

-Tomando el título del disco, ¿qué es lo que necesita hoy Cecilia Echenique?
“Necesito ser absolutamente franca y honesta conmigo misma, necesito que ojalá, la gente me conozca más, que conozcan mi esencia. Quiero vivir sin coraza, sentirme libre y buscar la sabiduría. Tenemos la suerte, como género femenino, que los años nos dan sabiduría que te hace no quedarte en las cosas banales”.

-¿Qué hitos han marcado tu carrera?
“Haber cantando junto a León Gieco ‘Como la cigarra’ en el entorno de la venida del Papa, en un momento político difícil para este país; haber sido partícipe, involucrada en lo que ocurría. Me gusta cantar canciones de amor, pero no me gusta estar ausente de lo que sucede alrededor mío.
“También está el disco ‘Secreta intimidad’ que fue nominado al Grammy; haber ganado dos veces el Altazor por lo que significa, que es que tus colegas votaron por ti, ser respetada por ellos. Los dos fueron un regalo tremendo”.

-¿Mazapán fue un puntapié?
“Una parte importantísima de mi historia. Fueron 10 años donde grabamos lo principal del catálogo y siento que hicimos historia como grupo. Los niños que escucharon Mazapán son distintos a los de antes; hoy estamos llenos de músicos. Antes se decía que levantabas una piedra y encontrabas un poeta, hoy levantas una piedra y encuentras un músico y músico bueno y en eso estuvimos presente. Creo que les abrimos el mate a los niños y los marcamos. Me siento súper orgullosa de haber participado en Mazapán”.

-Todo este proceso ha ido de la mano con ser la mujer de un hombre que está en la palestra pública, un político. ¿Eso ha tenido efectos en tu vida profesional?
“Creo que sí. Siempre estuve consciente de que iba a tener costos estar con una persona pública. Ser la mujer de un político, la señora de un canciller los tiene, ir de la mano de una persona pública podía afectar o no mi carrera, era parte del juego”.

-¿Había que hacerlo compatible?
“Sí, lo importante es que nosotros nos hemos respetado nuestros espacios de desarrollo personal. Hemos sido súper generosos el uno con el otro y ha sido divertido porque no hay nadie que no sepa que estoy casada con Ignacio (Walker), sé que existe una imagen fuerte de nosotros como pareja. Es bonito porque nos hemos acompañado en este ir y venir de la vida y los dos nos admiramos mutuamente”.

-¿Con renuncias?
“Obviamente, he tenido que dejar de cantar, de hecho cuando fue candidato a senador esta vez paré la producción de este disco; la postergué un año para poder ayudarlo, pero lo postergué con libertad, él no me obligó a hacerlo y cuando tú quieres proyectar una vida en pareja, obviamente que en algunos momentos tienes que sacrificar cosas. Lo importante es saber que ese sacrificio en libertad es por una convicción profunda”.