WASHINGTON.- La música, que se usa para ayudar a reducir la ansiedad de los pacientes de cáncer durante su terapia, puede además tener efectos positivos en su estado de ánimo, el dolor y su calidad de vida, según un estudio publicado hoy.
El análisis, dirigido por la profesora Joke Bradt, del Departamento de Terapias Creativas de la Universidad de Drexel, en Filadelfia, indica que tanto escuchar música con discos pregrabados, como la musicología pueden ser un complemento a los tratamientos de los pacientes de cáncer para mejorar su bienestar.
Los investigadores analizaron una treintena de estudios de siete países -EE.UU., China, Italia, Irán, España, Taiwan y Vietnam- y realizaron un análisis sistemático conocido como revisión Cochrane.
Estas revisiones combinan estadísticamente los datos de los estudios para incrementar la repercusión de sus hallazgos, ya que por sí solos serían demasiado reducidos como para producir resultados fiables, explicó a Efe la doctora Bradt.
La fusión de los datos de los treinta estudios permitió analizar la reacción de 1.891 pacientes con distintos tipos de cáncer que escucharon música grabada o participaron en musicoterpia y los resultados demostraron que en ambos casos los niveles de ansiedad se redujeron “considerablemente,” según los estándares médicos para medir la ansiedad.
Pero además detectaron otros beneficios colaterales -en menor proporción pero también positivos- en la respiración y en la presión sanguínea de algunos de los pacientes, lo que subraya, según Bradt, que “la música puede ser un tratamiento complementario beneficioso.”
El Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU. define la musicoterapia como el tratamiento para el que se usa música con el fin de ayudar a aliviar el dolor o la tensión.
En este sentido, Bradt explicó que escuchar música puede servir como distracción y como fuente de concentración y “está demostrado que cuanto más relajado está el paciente, menos dolor siente.”
Los resultados también sugieren que la musicoterapia puede ayudar a mejorar el estado de humor de los pacientes, aunque no evitar la depresión. Según Bradt sería necesario hacer estudios más profundos para entender mejor el impacto de la angustia en estos pacientes.
La musicoterapia no sólo consiste en escuchar tonadas sino que el paciente puede expresar sus emociones cantando o tocando un instrumento, al mismo tiempo sirve de entretenimiento y es una forma de dar “energía” al paciente.
En el caso de los discos, habitualmente el terapeuta da a elegir al paciente entre una lista de cinco o seis tipos de música, que abarcan desde clásica, “new age” o incluso country, para confeccionar una selección a su medida.
La elección, en la que a veces intervienen también familiares o amigos, depende de lo que necesite el paciente “a veces música más animada, otras con letra que le inspiren esperanza.”
"Las música proporcionada por musicoterapeutas capacitados, así como escuchar música grabada han mostrado resultados positivos, pero en este momento no hay pruebas suficientes para determinar si una intervención es más efectiva que la otra,” indicó. Lo que está claro, según dijo a Efe, es que sí tiene un efecto positivo sobre los pacientes de cáncer a los que aporta tranquilidad cuando la escuchan y es un vehículo para expresar emociones, cuando lo necesitan.
El artículo titulado “Music interventions for improving psychological and physical outcomes in cancer patients,” fue publicado en la biblioteca virtual Cochrane Database of Systematic Reviews.