Adolescentes fuera de control... baja tolerancia a la frustración

Es tal la demanda que las entradas más caras se agotan en pocas horas, mientras que la aglomeración de público -principalmente adolescentes- obliga a algunos locales a cerrar sus puertas, lo que provoca escenas de llanto y ansiedad.

Fernanda (15)  junto a tres amigas esperaban su turno en el local ubicado en el mall Alto Las Condes, cuando el encargado de éste decidió cerrarlo por razones de seguridad. Habían llegado a las 09:30 y después de seis horas haciendo fila les anunciaron que la venta de entradas se suspendía.

"Todas (las fanáticas) estaban llorando, desesperadas, estaban demasiado mal. Gritaban que abrieran las puertas, que era injusto", recuerda.

Pero, ¿cómo se explican este tipo de reacciones? ¿Qué pasa por la cabeza de las y los adolescentes para actuar así? Según Daniela Castillo, psicóloga infanto-juvenil, la respuesta está en que a los jóvenes de hoy les falta un modelo. "Hay un tedio, una disconformidad, una indiferencia, se ha pasado por distintas sensaciones por parte de los jóvenes y hoy en día se movilizan, hoy en día están como en una búsqueda de ideales y modelos", explica.

Por esta razón, la especialista agrega que "cuando aparecen estos actores más vinculados a lo artístico, ven en ellos un ideal a veces bastante fantasioso que encarna una serie de características buscadas".

A esto se suma una escasa tolerancia a la frustración. "No saben postergar la gratificación finalmente, todo es como en una búsqueda del aquí y ahora", opina Castillo.

Algo en lo que coincide su colega Ximena Sandino. "La necesidad de inmediatez para obtener lo que desean también pueden asociarse a este fenómeno. Por ejemplo, necesitar comprar la entrada ¡al tiro!", sostiene.

Para la psicóloga, este tipo de reacciones son esperables entre las pre-adolescentes y las adolescentes, dadas las características de esa etapa del desarrollo en que "las emociones están mucho más a flor de piel".

Si se considera que sólo la venta de entradas ya causó tal nivel de euforia entre las fanáticas de Justin Bieber, la interrogante que queda es qué ocurrirá el día del concierto y cómo pueden los padres manejar la situación, sobre todo porque los episodios de ansiedad pueden transmitirse de una persona a otra.

"Son emociones muy fuertes y si tenemos un grupo de adolescentes, donde todo está exacerbado, puede ser contagioso", dice Daniela Castillo.

Así, la recomendación es prepararlas con anticipación para un escenario muy esperado por parte de ellas y bastante idealizado. "El que (Justin Bieber) venga no cambia la vida cotidiana, pero sí las llena de sueños. Hay que prepararlas frente a la actividad puntual del concierto, cómo se van a enfrentar a eso, a las aglomeraciones, mucha gente, muchas niñas probablemente gritando y llorando por alcanzar a su ídolo", explica la especialista.

Asimismo, Daniela Castillo aconseja que las niñas más pequeñas vayan acompañadas por sus padres, para que las contengan y las protejan. "A veces la razón no funciona en este tipo de eventos, entonces el correr desmesuradamente-por ejemplo- también puede traer riesgos", señala.

En tanto, Ximena Sandino considera importante que el tema de la compañía sea planteado de una forma positiva, "para que accedan con gusto y comprendan que no es recomendable ir solas, no por inmiscuirnos en sus asuntos, sino que porque es fundamental la compañía de un adulto en términos de protección y cuidado".