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Nuevo debate en concursos de belleza infantiles: ¿Disfrazarías de prostituta a tu hija para que gane?

Luego de que este mes apareciera una menor disfrazada de “Pretty Woman”, en EE.UU. renacieron con fuerza las críticas hacia los certámenes en los que las niñas compiten por ser las más bellas.

16 de Septiembre de 2011 | 14:18 | Emol
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www.dailymail.co.uk
Los concursos de belleza infantiles siempre han estado rodeados de críticas en lugares como Estados Unidos, donde son prácticamente un imperio. Y en el último mes, sus detractores han tomado más fuerza luego de que en la televisión local se emitiera la imagen de una de sus participantes vistiendo de prostituta en una de sus pruebas. Ella tiene solo tres años.

Paisley Dickey es de Georgia. Y en el último tiempo ha estado en el ojo del huracán, luego que el programa en el que aparece, un reality sobre la vida de las familias que participan en los concursos de belleza para niñas, “Toddlers & Tiaras” (Pequeñitas y Tiaras), la mostrara realizando una de las pruebas de la competencia “Queen of Hearts” en la que debía vestir como un personaje famoso.

A su madre, Wendy Dickey se le ocurrió inspirarse en su actriz favorita para confeccionar el traje con el que su pequeña hija saldría al escenario. Y buscando el show perfecto, escogió el papel de “Pretty woman”, específicamente, antes que el personaje de Roberts se volviera elegante gracias a la ayuda de Richard Gere.

Con la música de Roy Orbison de fondo, Paisley apareció con una peluca rubia, botas altas y el vestido con el que la famosa actriz hizo de prostituta, desatando la risa y los aplausos de mucho de los asistentes, pero no de todos. Los más críticos no dudan en llamar a Wendy “la peor madre de Estados Unidos”, y ha recibido incluso amenazas por considerar que expuso a su hija a una extrema sexualización de su imagen.

“Todos en la sala se estaban riendo. Se supone que debía ser divertido, para nada algo sexual. Yo misma hice el vestido y apenas lo dejé por encima de la rodilla, nada revelador ni sexy”, ha asegurado la madre, quien cuenta con miles de descalificaciones en la web.

“Estoy criando a mis hijos tan bien como cualquier madre lo haría. Los llevo a la iglesia cada semana. Por lo menos no los fuerzo a hacer deportes donde pueden resultar heridos, como otros padres lo hacen”, ha comentado.

El programa es visto por más de un millón de personas en Estados Unidos, y tras salir las imágenes de Paisley, el canal que lo emite, TLC, debió cerrar temporalmente su página de Facebook, debido a los duros comentarios que compartían los televidentes en el muro, que se sumaron a las peticiones de miles de televidentes para sacar del aire el espacio.

Para su mala suerte, el hecho ocurrió luego de un no menos controvertido episodio, donde Maddy Jackson, una niña de 4 años, salió vestida con busto y trasero postizo.

“Está claro que TLC siente que debe hacer algo para subir la audiencia (...) Está claro que ellos saben que esto es mala publicidad, pero así se crea el rumor y eso es lo que ellos quieren”, comentó a ABC News Diane Levin, autora del libro “So sexy so soon: The next sexualized childhood and how parents can protect their kids”.

“Esta pequeña niña no comprende del todo lo que está pasando, pero esto le da ideas de cómo se supone que debe actuar para ser cool y exitosa”, agregó.

Dios salve a la reina

Los ‘child beauty pageant’ o certámenes de belleza para niñas en EE.UU. son una tradición desde los años 60. En ellos, miles de padres, generalmente de clase media, llevan a sus hijas al escrutinio de jueces, quienes, según la edad de las menores, evaluarán con más o menos rigurosidad.

Las categorías pueden ir desde los 6 meses a los 14 años de edad, y suponen una excelente plataforma para que las pequeñas sean reclutadas por agencias de publicidad y modelos, y comenzar así una carrera exitosa en los medios.

Mientras sus detractores acusan a los organizadores de estos concursos de exponer la imagen de menores a pedófilos, junto con sexualizar su imagen con maquillaje y vestimenta provocadora, sus defensores aseguran que solo se trata de un evento que permite pasar un fin de semana en familia y que entretiene a las niñas, quienes se pueden sentir como princesas por un día.

De hecho, ése es uno de los lemas de Pretty Little Princess, una de las organizaciones que realiza los concursos, y cuyas reglas exigen no maquillar a las menores ni vestirlas con elaborados trajes. Y mucho menos presionarlas.

Sin embargo, en otros certámenes, los padres llegan a pagar grandes sumas de dinero en peluquería, clases de baile, maquillaje e imitaciones en miniatura de vestidos de grandes diseñadores para ganar. Ello no deja de ser observado con desconfianza por los detractores de estos concursos, quienes no dejan de recordar el caso de JonBenét Ramsey, cuya madre -una ex reina de belleza- la preparó de tal forma que acumuló un sinnúmero de títulos a su haber.

Lamentablemente, con solo seis años, JonBenét fue hallada muerta en el sótano de la casa de sus papás, luego de haber sido estrangulada y aparentemente abusada. El crimen ocurrido en 1996 hasta hoy no ha sido esclarecido, pero significó en EE.UU. el comienzo de un gran debate acerca de la explotación infantil y la exposición de los menores a ambientes donde la belleza y, en ocasiones, la sensualidad, son muy valoradas.

Tras las imágenes de Paisley, la imagen de JonBenét sigue presente como bandera entre los opositores. Y los temas a tratar en el debate son los mismos de hace 15 años. “No hay duda de que los ejecutivos del canal de televisión (TLC) son cómplices en el robo de la infancia de estas pequeñas niñas (...) Durante años hemos visto cómo se impone de manera inapropiada y agresiva la sexualidad adulta en niños, pero ellos hoy están siendo sexualizados cada vez desde más y más pequeños. Y todos los datos disponibles sugieren que sufrirán más adelante por esto”, declaró en un comunicado el Parents Television Council -organización que busca informar a los padres sobre los contenidos televisivos para menores- acerca de lo que consideraron “una niña, que probablemente ni siquiera sabe leer, vestida como una prostituta y con aire sexy”.

Por su parte, la mamá de Paisley se ha defendido como ha podido en diversos medios estadounidenses. En ellos ha asegurado que el controvertido vestido será vendido para ayudar a una ONG que lucha contra el aborto, y que el próximo disfraz de su hija será de ángel.
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