Previo a la corrida, Miller, de 27 años, informó a sus médicos de sus planes y éstos no pusieron objeciones. Poco después de llegar a la meta, la mujer comenzó su trabajo de parto y en la noche del mismo día dio a luz a su hija June, quien nació en perfectas condiciones.
Aunque se trata de un caso extremo, lo realizado por Amber Miller demuestra que hacer actividad física durante el embarazo es positivo tanto para la madre como para el feto. Según explica Susana González, kinesióloga de Clínica Alemana, el ejercicio durante la gestación mejora la función cardiovascular, disminuye el cansancio y los dolores lumbares, levanta el ánimo y ayuda a dormir mejor, entre otros beneficios.
Eso sí, advierte, se aconseja después de los primeros tres meses del embarazo y hasta el final de la gestación, pero con una intensidad moderada, es decir, cuando la embarazada es capaz de hablar al mismo tiempo que hace deporte. "También se describen parámetros de frecuencia cardíaca. En general dependiendo de la edad uno recomienda trabajar en una frecuencia cardíaca de 140 latidos por minuto", agrega Susana González.
La kinesióloga afirma que no tiene mayor importancia si una mujer nunca ha hecho actividad física y comienza a hacerla cuando está embarazada. "La única contraindicación para realizar ejercicio es que el médico ginecólogo diga que la mujer está con placenta previa, sangramiento, riesgo de pérdida o alguna otra condición que lo impida", explica.
En relación a los ejercicios más recomendados para las embarazadas, Susana González sostiene que los mejores son los aeróbicos, que idealmente deben extenderse durante 30 ó 40 minutos. Asimismo, deben trabajarse los grandes grupos musculares (piernas, brazos, glúteos, etc.) de forma localizada. Incluso, una mujer en gestación puede realizar abdominales. "Pero no cualquier tipo, sino que un abdominal especial, porque el que se hace levantando el tronco superior no tiene ninguna significancia hacerlo durante el embarazo porque no sirve, ya que el abdomen está demasiado elongado", aclara.
En cuanto a los ejercicios que no debe realizar una mujer en gestación, la kinesióloga afirma que en primer lugar están aquellos en los que hay riesgos de caídas, como el esquí. También se sugiere no practicar actividades en los que se corre peligro de sufrir alguna lesión, como el karate o algún deporte de contacto. Asimismo, no se aconseja intentar mejorar marcas en el caso de que se trate de una atleta.
"El trote tampoco se recomienda mucho por el aumento de peso y el daño del piso pélvico. Éste es una musculatura que está en la parte inferior de la pelvis, y mantiene la orina en la vegija y funciona como soporte de todo lo que está arriba, incluido el útero. Pero hay mujeres que lo hacen (trotar) igual", añade Susana González.
Una pregunta que puede surgir es qué ocurre si una embarazada se ejercita más de la cuenta. "Hay riesgo de fatiga, de desmayo, de mareos, que tenga hipoglicemia y de perder al bebé", responde la kinesióloga. Para evitar esto lo aconsejable es que una mujer en gestación siempre sea supervisada mientras realice deporte. "Sobre todo porque el embarazo es un período especial, en el cual se corren ciertos riesgos. Existen matronas que supervisan el ejercicio y kinesiólogas. Pero si la persona ha hecho ejercicio siempre y el médico se lo recomienda, no debería tener ningún problema", apunta Susana González.