Es apasionada y da sus batallas hasta el final. Por eso, no se amilanó hace un año, cuando Facebook trató de cerrar su cuenta porque había subido una foto amamantando a su hijo que fue considerada indecente.
Tampoco bajó los brazos durante la larga discusión del post natal de 6 meses, ocasión en que hizo escuchar la voz de quienes abogan por una lactancia a libre demanda prolongada, el colecho (dormir cercano) y la crianza en brazos (mamá canguro).
Es que Leslie Power es así, apasionada. Calificada por muchos de extremista en sus posturas, ella no se complica porque cree firmemente que su lucha es un bien superior, los derechos de los niños. Psicóloga clínica, difunde sus posiciones a través de Espacio Crianza y asegura que en la actualidad la mujer, madre, está viviendo en el peor de los mundos, donde el embarazo y el parto han sido convertidos en un negociado.
“Dicen que demonizo la cesárea y la leche de fórmula, pero eso no es así. Bienvenidas ambas cuando son realmente necesarias, pero por favor, que alguien me explique por qué de Plaza Italia para arriba la tasa de cesáreas es de un 67% cuando en el mundo es de un 5”, señala vehemente.
-Si tenemos esas tasas de cesáreas es porque las mujeres están dispuestas a eso.
“Sí, pero para mí, la mujer es una víctima del sistema que recién está comprendiendo que esto es una mala jugada del feminismo. Se agradece el feminismo en tanto ganamos calle, universidad, voto, anticoncepción, pero la salida de la mujer de la casa no consiguió que el hombre entrara a la casa, quedando los hijos al desamparo, al cuidado de un tercero. Lo que estamos haciendo es abandonar a nuestras crías o institucionalizarlas (sala cuna-jardín) a temprana edad.
“Y la sala cuna no es buena. No es buena porque las mujeres nunca hemos estado preparadas para cuidar octillizos; si así fuese, bienvenida la sala cuna y yo cuido a ocho en el mejor de los casos, 15 a veces. La mujer está preparada para cuidar a uno, con excepción de mellizos”.
-Te olvidas de la libertad de las mujeres para tomar sus decisiones. La libertad de querer tener una maternidad tardía, de querer dar pecho tres meses, de trabajar...
“Desde qué lugar toman su decisión. Lo único que han conseguido con ello es un aumento del tabaquismo, del alcohol, de los tranquilizantes, ataques cardíacos anticipados, estrés. Las del barrio alto con justa razón se ‘piscolean’ para relajarse un rato si han trabajado como esclavas toda la semana”.
-Okey, pero siguen siendo opciones personales.
“El tema aquí es que hay derechos por los que velar, y el derecho del niño, que es vulnerable, dependiente, alguien lo tiene que proteger. Somos el único mamífero, el más inteligente, que está pegado casi 20 años a su madre y padre, mientras que otros, se alejan después de algunos meses. Si nosotros no nos vinculamos –ahí está la teoría del apego- correctamente, el efecto será negativo. La succión del niño al nacer no es por hambre, es porque tiene necesidad de seguridad. Los 30 minutos después del parto son claves para determinar una buena lactancia, pero los niños son retirados a los minutos porque el doctor tiene consulta”.
Leslie Power es categórica. “La lactancia es el mejor alimento biológico, afectivo, psicológico, cognitivo, social de un niño y eso explica porque los nórdicos han establecido postnatales de 2 años” y profundiza en la idea de que sea libre demanda, indicando que la guagua quiere succionar para sentirse seguro. “Cuando una madre es más rápida en la satisfacción de su guagua hay menos estrés en el cerebro del niño; en palabras simples, a mayor placer, más caminos neuronales, más inteligente; a mayor estrés, cortisol, caminos rotos”.
-¿Ese debería ser el post natal? ¿Dos años?
“Una guagua es considerada como tal hasta los dos años; un recién nacido requiere de contacto piel a piel a lo menos de tres meses y de ahí que existan las mamás canguros, algo que las indias hacían no porque no existieran los coches. La modernidad hace que las casas tengan una pieza para cada niño y después yo tengo pacientes aquí que me consultan por qué su hijo de 11 años se sigue metiendo a su cama. Y me explica que sacó a la guagua de su pieza a los 2 meses y aplicó el método “Duérmete niño” que es traumatización cerebral pura”.
-¿Bajo está mirada, un post natal de 6 meses es insuficiente?
“Sin duda. Peor aún, esto no es un post natal, es un permiso parental post natal donde yo tengo la posibilidad de trabajar jornada reducida y traspasar 6 semanas al padre. El mensaje de la ley dice que es para garantizar la salud de los niños y eso se consigue con lactancia exclusiva, ¿dónde se ha visto a un hombre que dé pecho? Esto tiene que ver con un derecho, con tratados internacionales de la Unicef, la OMS, y muchos otros, que Chile tiene el deber de cumplir”.
-Pero no se puede obligar a la mujer a poner la pechuga.
“No se tiene que obligar a nadie, pero se tiene que entender que existe un derecho universal del niño de recibir el mejor alimento que es la leche materna”.
-La madre puede dejar la leche en mamadera para que se la dé el padre.
“Perfecto, entonces ahí tenemos que aceptar que la figura de apego es el padre. ¡Mujer, decide informadamente porque tu hijo es dependiente y sin ti no sobrevive! Muchos cuestionan que la mujer esté fuera del trabajo 6 meses, pero a nadie se le ocurre pensar en el horror que es dejar a una cría. ¿Y después que tenemos? Ritalín a destajo, psicopedagogas, fonoaudiólogas, psicólogas para que los niños aprendan a manejar sus emociones, furgones escolares acarreando niños, a la tía papasfritas, a la tía Yingo, y nos preguntamos por qué los niños tienen tantos problemas”.
-Hay expertos que señalan que los 6 meses de post natal no es adecuado, porque a esa edad el niño tendrá conciencia de la partida de la madre, cosa que no ocurre a los 3.
“Los estudios señalan que la ansiedad ante el extraño, que es cuando el niño reconoce al otro, se da recién a los 8 meses. Patricia Crittenden sostiene eso, pero pregúntale a ella qué le pasa a una guagua al ser abandonada a los 3 meses, cómo experimenta sus angustias”.
Leslie hace un alto y denuncia: “hace tres meses Piñera levantó la prohibición que existía de hacer publicidad de leche de fórmula. Somos el segundo país después de Estados Unidos, no hay más, porque nadie en su sano juicio lo haría. La humanidad ha sobrevivido de leche materna porque es mágica”.
-Tu postura es vista como excluyente por muchos, una postura que deja a la madre como única figura de apego, única encargada de los niños.
“Mi postura no es excluyente. Yo trabajo con familias, para que una mujer pueda desplegar sus habilidades maternas, necesita estar contenida no sólo por su pareja, si no por su familia, por la sociedad completa, la tribu. Cuando se protege a una madre en post parto se está protegiendo a un hijo y a la madre. La lactancia prolongada, es decir, más de 6 meses es protección del cáncer del pecho, de ovarios, de la osteoporosis, de la depresión post parto.
“Si fuéramos una sociedad que avanza, o mejor dicho retoma lo de nuestros antepasados, la mujer debiera trabajar con su cría a cuestas. A mí me daría mucha lata estar en reclusión domiciliaria porque tuve mi guagua; lo moderno sería tenerla, darle su tiempo, tener un buen acople y partir a trabajar con la guagua. Tengo cuatro pacientes que lo han hecho y nadie se ha atrevido a ponerles mala cara porque la imagen de una madre con su hijo es muy potente”.
-¿Quedaron cosas pendientes tras la dictación de la ley? ¿Puede ser mejorada?
“Hay mucho que hacer, y estamos trabajando con el Sernam. Este permiso parental post natal requiere de un apoyo a los partos respetados, a la lactancia, a la crianza, a la conciliación real familia-trabajo, a la flexibilidad. Nuestros hijos están muy solos”.