Si un simple baño de tina hace bien, fácilmente se puede imaginar los efectos que tiene estar en una piscina con el agua entre 33° y 36° de temperatura más unos flotadores en el cuerpo, ojos cerrados y una persona que contiene, masajea y produce que el cuerpo se mueva y roce el agua.
La técnica se llama Watsu. Una combinación del masaje de digito presión del Zen Shiatzu con los efectos terapéuticos del agua.
“El movimiento del agua tiene un efecto hidrocinético en el cuerpo, que genera sensaciones fisiológicas y sicológicas que promueven y favorecen el buen funcionamiento del cuerpo, aumentando también la flexibilidad y movilidad articular”, explica María Elizabeth Stolle, especialista en Fitness Acuático y terapeuta Watsu (m.elizabethstolle@gmail.com)
El water-shiatsu tiente más de 30 años de existencia. Su creador es el norteamericano Harold Dull, director de la escuela de Shiatsu y Masaje de Harbin Hot Springs, en Napa Valley, California. A Chile llegó el 2001 y recién el 2003 fueron certificados los primeros terapeutas, bajo el respaldo del Instituto de Trabajo Corporal Acuático de Alemania, IAKA y la Federación Chilena de Trabajo Corporal Acuático, Watsu.
“Hace 8 años que me hago Watsu y ha sido la mejor técnica para conseguir tranquilizar mi mente y sanar los dolores en mi columna”, comenta Benjamin Trajtman, gerente general de CENAC Group.
Agrega, que la conexión con el agua le ha dado mayores posibilidades de creación, meditación y manejo de niveles altos de presión, pudiendo tener a diario un sano equilibrio mental y corporal.
Agua y salud
En el Watsu se aprovechan las cualidades hidrodinámicas del agua. “Cuando un cuerpo flota en el agua las articulaciones bajan su nivel de compresión y el cuerpo puede descansar”, añade Stolle.
Es que el silencio que acompaña el Watsu es sobrecogedor. Es una meditación activa, corporal que se hace en la tranquilidad y calidez del agua caliente. En ese contexto es posible recuperar la calma mental, las energías positivas y creativas para enfrentar la vida diaria.
En la sesión, la persona también recibe masajes y movimientos que estimulan la circulación, las articulaciones, la relajación muscular y la propiocepción, que es la capacidad de percibir los distintos segmentos del cuerpo y sus movimientos. Con los masajes los tejidos son estirados, el cuerpo flota, no hay gravedad ni tensión.
La terapia tiene una duración de un hora o más, dependiendo de los objetivos que se busca sanar o prevenir, tales como estrés, dolores crónicos, artritis, desórdenes del sueño y particularmente se ha comprobado su incidencia en las mejoras de pacientes con Síndrome de Fibromialgia, los que agrupados en la Corporación de Fibromialgia de Chile asisten regularmente a recibir esta terapia en la piscina "Mi Club" de La Reina, entre otros espacios ubicados en las distintas regiones.
La eficacia del Watsu, asegura la terapeuta, se debe que a nivel biológico genera una disminución del tono muscular, aumenta la flexibilidad del sistema musculoesquelético, del drenaje linfático y disminuyen los niveles de tensión nerviosa a nivel del sistema parasimpático y del sistema nervioso central. Para quienes quieran conocer, aprender y experimentar la técnica, su creador Harold Dull visitará el país en enero próximo y dictará varios cursos en las Termas de Panqui. http://watsuchile.blogspot.com/