"¡Pucha… que te quiero, gracias, necesitaba hablar contigo!" Son las palabras más escuchadas en agradecimiento cuando en los momentos en que la vida se pone dificil, un amigo o amiga se preocupa por uno. Como dice el cantautor chileno Nano Stern, "un amigo es un gran regalo".
Tener más amigas o al revés, más amigos, marca una diferencia interesante en el cotidiano de las personas, femenino y masculino se complementan y abren espacios, visiones e ideas contrapuestas a las que se puedan tener.
Para la psicóloga clínica Solange Krause (
solangekrause@gmail.com) la amistad entre ambos géneros "permite conocer aspectos que normalmente no accedemos de los hombres. Por ejemplo, saber en qué se fijan, qué les asusta o qué odian de nosotras las mujeres... y eso, claramente nos puede llegar a ser muy útil a la hora de tener pareja". Además, añade que no hay espacio para envidias o celos.
Sin embargo, advierte que para que la amistad surja con plenitud, debe haber un claro entendimiento de que no hay interés sexual ni amoroso de ninguna de las partes involucradas. En ese sentido, ayudará la honestidad consigo misma, para no dar señales equivocadas que pueden llamar a la malinterpretación y poner en riesgo el vínculo amistoso.
Porque tener amigos tiene sus beneficios. "Los hombres a veces nos dan opiniones más objetivas de nosotras y lo que es muy certero, nos ayudan a leer señales que no manejamos, cuando nos interesa alguien o estamos en algún tema laboral que requiere sacar nuestra garra masculina", afirma.
En ese sentido, el sociólogo Rodrigo Larraín de la Universidad Central, aporta que la diferencia entre una amistad radica en las formas de expresión. "A los hombres les cuesta mostrar sus dolores, sufrimientos o carencias a menos que sean extremas. En cambio, las mujeres hablan de todo, se conectan en lo emocional, lloran juntas… tienen una forma de expresión menos fría".
En su visión sociológica, Larraín reflexiona y formula que la relación entre hombres y mujeres es súper profunda y que en Chile se ha estado desarrollando con mayor magnitud en el último tiempo. "Son relaciones enriquecedoras porque no está presente lo sentimental, el enamoramiento y eso contribuye a que uno pueda conocer al sexo opuesto. Para nosotros es un regalo tener una amiga, ellas te apoyan, comprenden, o te cuentan su vida y uno logra aprender mejor las características femeninas".
Sin rivalidadesSin duda, la amistad es un tipo de vinculo especial, incluso como dice Rodrigo Larraín, es una redundancia en la relación de las personas. "Es un regalo de otras relaciones. Un compañero de trabajo, de curso, tu vecino, con ellos tienes una relación delimitada pero si te haces amigo, la persona muestra más de sí, regala algo de sí, tiene que ver con la intimidad que se da en pedacitos a través del tiempo".
Para él, la amistad orienta y hace una diferencia sobre su desarrollo en la cultura chilena. "Creo que se da una cosa que no es común en otros países, acá la amistad no es competitiva. El amigo salva, es como el don Chuma de Condorito, nos ayuda, presta cosas, nos recomienda, nos facilita las cosas. A diferencia de los anglosajones que son más de juntarse en un lugar".
Tal vez, la diferencia se dé porque en la amistad es libre y se sustenta en el afecto, en la reciprocidad, la confianza y se caracteriza por un apoyo incondicional por el otro en cualquier circunstancia, en las buenas y en las malas. "Nosotros escogemos a los amigos, los aceptamos tal como son y aprendemos a dar, recibir, consolar, perdonar y además, son un puente para conocernos a nosostros mismos", afirma Solange Krause.
Por eso, aconsejan cuidar a los amigos y amigas, respetando sus espacios y jamás invalidar sus puntos de vista o criticar en demasía su forma de ser. "Es mejor dar consejos solo cuando se nos pide la opinión, teniendo en cuenta que la decisión final siempre está en el otro", asegura la psicóloga.
O como dice el sociólogo y periodista italiano Francesco Alberoni, en su célebre libro "La Amistad" (1984): "El amigo debe querer el bien del amigo no con palabras sino en la práctica, debe acompañarlo en los momentos de necesidad. En la amistad no se puede engañar ni hacer el mal, hay que saber cuáles son las virtudes del otro y valorarlas. El amigo ha de ser abierto, lleno de vida, divertido, no debe aburrir ni abrumar, y tampoco debe ser demasiado generoso, exagerado con los regalos, puesto que si es así suscita la necesidad de correspondencia y reconocimiento, que resulta muy pesada. La amistad debe ser fresca, ligera, incluso cuando es heroica. La amistad dice siempre, incluso delante de la muerte".