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La importancia de conocer el árbol genealógico para poder sanar

Su elaboración ayudaría a solucionar problemas emocionales, mejorar relaciones y hasta entender ciertas enfermedades.

23 de Diciembre de 2011 | 11:41 | Por Francisca Vargas

Más que un dibujo, una acumulación de datos o viejas historias, el árbol genealógico o la historia familiar de una persona es fundamental para entender su presente, sus circunstancias o las problemáticas que lo aquejan.


No en vano, la psicología, la psiquiatría y las terapias complementarias despliegan diferentes técnicas para descubrir, cómo el inconsciente familiar interactúa con el inconsciente personal.


Es decir, cómo el destino de una persona está ligado al devenir de sus ancestros o al sistema familiar del que proviene. Conocerlo, aseguran estas diferentes corrientes terapéuticas, permitirá comenzar a sanar y liberarse de añejas y heredadas ataduras, para convertirse auténticamente en uno mismo.


En concreto, su análisis permitiría explicar situaciones como estas: “Me titulé, hice un postgrado y no consigo trabajar. Tengo problemas sexuales, neurosis o una enfermedad determinada o simplemente, no logro tener una armonía de pareja son problemas cuyas causas las podemos encontrar en el árbol familiar”, afirma Gabriela Rodríguez, terapeuta psicomaga y taróloga (www.psicomagia.cl)


La terapeuta, tiene una trayectoria ligada al mundo mágico simbólico y mítico relacionado con la sanación y con experiencias en Cuba, Perú, México, Venezuela y Chile.


“Todo lo que tienes que resolver en el presente lo puedes hacer investigando tu árbol, porque a pesar que vas a trabajar con tus ancestros, el árbol tiene una memoria que se reproduce en generación en generación y entonces, te atrapa, te toma y entras al escenario con un guión preescrito y empiezas a vivir cosas, que seguro las vivió antes, más de alguien en tu familia”, revela.


Es que las familias son complejas. “Son una olla psicológica llena de secretos, tabúes, silencios, vergüenzas. Somos portadores de los conflictos no solucionados de nuestro árbol y eso se manifiesta en nosotros como chivo expiatorio haciéndonos sufrir, impidiéndonos amar, tener relaciones sexuales, realizarnos… ser felices”, afirma en el blog Plano Creativo, Marianne Costa, escritora, especialista en Literatura comparada y colaboradora en los talleres y libros de Alejandro Jodorowsky, “La vía del tarot” (Grijalbo) y “Metagenealogía” (Sudamericana, 2011).


Este último libro, es una especie de manual para aprender a armar el árbol genealógico, comprenderlo y sanarlo para crear un nuevo inicio. Además, resume 35 años de investigación y descubrimientos sobre la materia del escritor, cineasta y creador de dos técnicas terapéuticas (psicomagia y ésta), Jodorowsky.


Para hacerlo y realizar una autotransformación, propone esta revolucionaria técnica de arte, terapia y búsqueda del Yo esencial, construirlo a partir del núcleo cercano: padres, hermanos, abuelos, tíos y hasta bisabuelos.


¿Cómo obtener los datos?


 Con entrevistas a los familiares y con preguntas que no les exija respuestas de carácter emocional, en respeto al pudor o silencio. Esos datos serán los más valiosos. Luego, revisar documentos, fotografías, cuadros, registro civil, hemerotecas con archivos de la época, Internet, etc.


¿Qué buscar, anotar?


 “Los nombres y apellidos completos; las fechas importantes (nacimientos, matrimonios, fallecimientos); las causas o circunstancias de los fallecimientos (ahondar en los detalles); el número de hijos que haya tenido cada pareja (cómo era la casa, las piezas); las profesiones de todos (nivel de vida, vocación y trabajos realizados); los acontecimientos más notables de la vida de los ascendientes (viajes largos, accidentes, vocaciones religiosas, historias de amor paralelas sexualmente consumadas, ruinas, minusvalías, secretos, anécdotas curiosas); conocer cómo eran las relaciones entre los diferentes miembros de la familia (rivalidades o privilegios); las circunstancias históricas de cada generación y saber qué personas ajenas a la familia fueron importantes”, propone el especialista.


¿Qué viene después?


Orden de los datos, llenar los vacíos de la información con visualización, interrogando al cuerpo, escritura automática o el dibujo intuitivo y finalmente, la interpretación o más bien, detenerse a experimentar qué se siente frente a esos esquemas e informaciones.


Pueden parecer solo datos pero también son hallazgos, que llevarán a la persona a conectarse finalmente, con todas aquellas cosas que le causan dolor y que es necesario reparar para seguir, según afirman en “Metagenealogía”.


El cómo hacerlo no es tan fácil, pero en el libro y en el blog www.planocreativo.wordpress.com, entregan en detalle las claves para sanar, por ejemplo, las repeticiones y abusos corporales, materiales, sexuales, creativos, afectivos o intelectuales, los conflictos y las colaboraciones, los nudos y núcleos repetitivos, etc. En otras palabras, ver, sentir y comprender “cómo esos lazos especiales que algunos miembros establecieron entre sí o cómo la imposición de ideas y tabúes familiares han obstaculizado la expansión de nuestro Yo esencial”.

Diferentes técnicas

Si se vuelve complejo abordar lo que se ha visto, declaran, que el sólo hecho de construir el árbol es de gran ayuda, porque ordena, organiza el cerebro y se incorporan experiencias. “Es una toma de conciencia de quién se es, el lugar que ocupa en la familia, las historias que hereda, lo que toca o falta en ese núcleo y te das cuenta que perteneces a un clan”, comenta Gabriela Rodríguez.


El ir descubriendo sus enlaces será un trabajo largo y muy profundo. Para sanarlo, la Metageneología propone psicomagias o actuaciones racionales y creativas que van directamente al inconsciente de la personas.


Otras maneras será recurrir a psicoterapias clásicas que analizarán, posiblemente, los temas conductuales dentro del sistema o incursionar en Constelaciones Familiares, que son también, desde los años 80, otra invitación a trabajar los sistemas humanos de pertenencia, pero está vez, la propuesta es abiertamente a honrar a padres, seres queridos, antepasados y sistemas sociales presentes.


“Esta mirada nos permite salir de los juicios que hemos construido, mirar nuestro pasado y a nuestros antepasados tal como han sido y devolver a cada uno con amor aquello que es suyo; devolver aquellas responsabilidades que no nos corresponde asumir y asumir aquellas que sí nos tocan.”, afirman, María Inés Troncoso y Viviana Pino, facilitadoras de esta terapia (www.centroholisticoinana.cl)


Cualquier sea el camino que se elija, la idea será poner a cada quien y a cada cosa en su lugar, descubriendo quién uno es y consciente del pasado que lo antecede.


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