La depilación ha sido, es y será siempre un tema importantísimo en lo que a estética femenina se refiere. Desde tiempos inmemorables las mujeres se han preocupado de encontrar la forma más conveniente para eliminar el pelo que crece en zonas indeseadas. Poco a poco los métodos caseros, como la mezcla de limón y miel o el uso de piedras abrasivas, fueron desplazados por los avances tecnológicos, hasta llegar a la actualidad en que el láser y la luz pulsada figuran como las técnicas más evolucionadas.
De seguro en más de una oportunidad has estado a punto de comprar los cupones de descuento que se ofrecen en varios sitios web y que tientan con depilaciones láser o mediante luz pulsada a muy bajo precio. Sin embargo, nunca llegas a comprarlos porque una serie de interrogantes inundan tu cabeza: ¿Dolerá? ¿Cuál será la diferencia entre uno y otro? ¿Será conveniente para mí?
Para ayudarte a aclarar éstas y otras dudas, a continuación te contamos cómo funcionan ambos métodos y qué resultados puedes esperar de ellos. En este sentido, lo primero que tienes que tener en cuenta es que tanto el láser como la luz pulsada
no son técnicas de depilación definitiva, es decir, hacerse un tratamiento con alguno de los dos no es sinónimo de que nunca más tendrás pelos. "Proporcionan lo que se denomina depilación prolongada", explica Emilia Reveco, dermatóloga de Clínica Orlandi.
Otro punto de coincidencia entre ambos sistemas es la forma en que trabajan, ya que tanto el láser como la luz pulsada destruyen el pelo a través de un proceso que se llama fototermólisis selectiva. "La melanina que está ubicada en el folículo piloso va a ser el objetivo que el láser o la luz pulsada van a atacar. La energía (emitida por ambos métodos) se convierte en calor, destruyendo la melanina y por ende el pelo", explica la especialista.
Lo anterior debe ser especialmente considerado por quienes tienen la piel más oscura, es decir, tienen más concentración de melanina, ya que absorberán más luz y ésta destruirá más. "La piel más pigmentada atrae más absorción de luz, por lo tanto, mayor posibilidad de quemadura", advierte Emilia Reveco. Por el contrario, en las personas que tienen pelo rubio, pelirrojo o cano el láser o la luz pulsada no tiene un buen efecto depilador. "Ni siquiera lo intenten", aconseja.
Ambos métodos de depilación también tienen en común el hecho de que para realizarlos y obtener buenos resultados, el pelo debe estar en fase anágena, es decir, en crecimiento, "porque en esa etapa se sintetiza la melanina, que es el objetivo sobre el cual va a actuar la luz", dice la dermatóloga.
Por esta razón, antes de someterse a un tratamiento con láser o luz pulsada, la zona a depilar debe estar rasurada. La cera y las máquinas eléctricas no sirven, porque extraen el pelo del folículo piloso, dejándolo sin melanina, por lo que la luz no reconocerá el pigmento. Tampoco se debe usar crema depilatoria, ya que aunque ésta tiene un efecto similar al rasurado, cortan los pelos en forma irregular.
Según Emilia Reveco, tras una sesión con láser o luz pulsada es común que aparezcan nuevos pelos en un lapso de seis semanas a cuatro meses, lo cual depende directamente de la cantidad de pelos que se encuentren en etapa anágena al momento de realizarse el tratamiento. "Si yo tengo un gran porcentaje de pelo en etapa de crecimiento en que la melanina está alta, voy a depilar más. Pero si yo depilo a una persona cuyo porcentaje de anágeno es menor, van a aparecer pelos en menor tiempo", explica.
A juicio de la dermatóloga de Clínica Orlandi, los resultados de la depilación con láser o con luz pulsada son más o menos similares. Sin embargo, al momento de optar por uno de ellos hay que tener en cuenta, más que nada, un aspecto técnico.
"El láser tiene un inconveniente y es que, a pesar de ser un muy buen depilador, el spot por donde sale el haz de luz es solamente de una longitud de onda. Es igual a un puntero láser, solamente en un punto. Por su parte, la luz pulsada abarca todas las longitudes del espectro de la luz y eso equivale, por ejemplo, al efecto de un flash fotográfico", sostiene Emilia Reveco.
¿Qué significa lo anterior en términos prácticos? En el fondo esto quiere decir que si se elige el láser, la persona tiene que estar dispuesta a pasar un largo rato en la cabina de depilación, ya que el spot (lugar por donde sale la luz) no cubre más de medio centímetro cuadrado. En cambio, la luz pulsada abarca 2,6 centímetros cuadrados, "por lo tanto, una pierna se puede hacer en 40 minutos", ilustra la especialista.
También en casa |
Hasta ahora las alternativas para depilarse en casa variaban entre las hojas de afeitar, las cremas depilatorias, la cera y las máquinas eléctricas. Sin embargo, nuevas opciones acaban de salir al mercado. Una de ellas es Lumea, un dispositivo creado por Philips para poder depilarse con luz pulsada puertas adentro.
El novedoso aparato fue desarrollado en conjunto con dermatólogos y se puede utilizar en axilas, rebaje, piernas y brazos. Es inalámbrico, recargable y cuenta con diferentes intensidades, de manera que la persona que lo usa puede ajustarlo a su tipo de piel.
Francisca Arenas, gerenta de Marketing de la división Consumer Lifestyle de Philips Chile, asegura que Lumea es muy seguro de utilizar. "Trae un filtro UV integrado, por lo cual es imposible que la persona se queme, y tiene un anillo de seguridad que hace que la luz sólo se dispare si el aparato está bien apoyado sobre la piel", explica.
Según Emilia Reveco, el dispositivo es útil para la distribución de pelo que tiene la gran mayoría de las mujeres. Sin embargo, considera una desventaja el hecho de que no pueda ser usado en el rostro, ya que de acuerdo a su experiencia, un gran porcentaje de mujeres considera la luz pulsada como la solución para el exceso de vello facial. No obstante, la dermatóloga destaca que Lumea es fácil de usar, no produce dolor y no tiene efectos secundarios.
Otra alternativa para el fotodepilado en casa es el I-Light de Remington, que también utiliza la tecnología IPL o Luz Pulsada Intensa. Al igual que Lumea, tiene diferentes niveles de intensidad de manera que es la propia usuaria la que lo ajusta a su tono de piel. De todas maneras, la recomendación es empezar por el nivel más bajo e ir aumentándolo hasta que se encuentre el adecuado. ¿Cómo saberlo? Al pasar I-Light no deben sentirse molestias en la piel.
El dispositivo de Remington promete resultados que duran seis meses, aunque pueden variar de persona a persona. Puede ser utilizado en cualquier zona del cuerpo, a excepción del rostro, ya que allí la piel es más delgada, los vellos son más finos y están a distinta profundidad. Asimismo, si se usa cerca de los ojos existe un riesgo potencial de dañarlos, aunque I-Light cuenta con elementos de seguridad similares al Lumea: filtro UV y sensor de contacto con la piel. |