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Slow, un movimiento mundial que cada día gana más adeptos

En el país surgió con fuerza el Slow Food pero hoy es una filosofía de vida.

20 de Abril de 2012 | 15:50 | Emol

Vivir el aquí y el ahora, es la consigna de quienes practican alguna disciplina espiritual, pero su filosofía no es exclusiva, existe hace más de 20 años un movimiento mundial llamado “Slow”, que invita a calmar las actividades humanas.


Su objetivo, es exaltar el disfrute, el goce y el sabor por la vida, pero pausadamente. “Recuperar el gusto por las cosas bien hechas y dedicar a las personas el tiempo y la atención que precisan”, es la consigna que promueve la comunidad de Slow en Madrid (www.slowmadrid.com)


El vivir calmo, lento o slow es tal vez, el derecho perdido en la sociedad moderna, donde el tiempo vale oro y donde urge hacer todo para ayer.


Según la web del movimiento, www.movimientoslow.com , éste, tiene su origen en Italia, en 1986 cuando en la Plaza de España romana abrieron un local de comida rápida, entonces, en actitud contestataria y en oposición a la americanización de Europa, o la Fast Food, el gastrónomo, Carlo Petrini fundó el “Slow Food”, que va abiertamente en contra de la estandarización del gusto, en defensa del placer que otorga la gastronomía con identidad cultural.


“La idea era simple; proteger los productos estacionales, frescos y autóctonos del acoso de la comida rápida y defender los intereses de los productos locales, siempre en un régimen sostenible, a través del culto a la diversidad, alertando de los peligros evidentes de la explotación intensiva de la tierra con fines comerciales”, cuentan en el site.


Tras Slow Food, la idea se convirtió más tarde en filosofía de vida, que se traspasó al trabajo, la educación, el sexo, la salud, el ocio y en definitiva, se creó el movimiento Slow, que se institucionalizó principalmente, en España, Italia, Australia y Japón con Slow Work, Slow Society, Educación Lenta, Slow Sex, Slow Citis, Slow Travel, Slow Down o andar lento, desacelerado.


“El movimiento Slow no pretende abatir los cimientos de lo construido hasta la fecha. Su intención es iluminar la posibilidad de llevar una vida más plena y desacelerada, haciendo que cada individuo pueda controlar y adueñarse de su propio periplo vital”, decretan.


Y agregan, que la clave está en saber qué velocidad ocupar en cada momento y si se debe correr, hacerlo, pero sin olvidar cuando detenerse para disfrutar el presente, reconociendo los “efectos beneficiosos de una actitud pausada, bien razonada y segura”. Al mismo tiempo, llaman a valorar la actitud contemplativa como un lugar donde pueden emerger ideas brillantes.


Sin embargo, el movimiento ha adquirido un flujo tan lento que los mismos que iniciaron esta “moda por lo lento”, la dejaron a su suerte y en la actualidad, siguen con mayor actividad sus diversas vertientes que abundan en la web, donde se es posible leer sus manifiestos.

En Chile, Slow Food

El chef Francisco Klimsch, fundador del Slow Food Chile, recuerda que el movimiento nació el 2003, pero que hace dos años que no está activo, debido a algunos desencuentros y diferencias de opiniones que tuvo con la casa matriz en Italia.


“Yo sigo practicando esta filosofía de vida, pero no bajo ese nombre, pero he escuchado que hay varias personas que siguen haciendo cosas”, dice. Cuenta que la revalorización de la gastronomía chilena fue lo que lo impulsó a formar parte de este movimiento. “Los alimentos son sinónimo de la cultura de un país y es necesario rescatarlos y valorar los productos nacionales, pero también los que cocinan, los que cultivan, las recetas”.


Añade, el chef, autor del libro “Destellos y colores de la papa nativa de Chiloé”, publicado por la Fundación de Innovación Agraria (FIA), que, a su juicio, el movimiento evidenció que es necesario hacer cosas concretas en el país, más allá de la moda impuesta. “Tenemos suficientes personas que saben lo que hacen y lo que hay que hacer y para ello, no es necesario que en Italia te digan que hacer”, asegura.


Más allá de la polémica, cree que el Slow Food es un aporte en términos que se valora lo auténtico, lo local, pero mantiene su visión crítica frente a las ferias europeas donde se exhiben productos y platos, pero que no tienen mayor validez, que ser una “linda atracción”.

Slow consejos

El movimiento Slow es por tanto, una oportunidad para el placer y disfrutar de cada momento. Para saber cómo hacerlo, estos son algunos de los consejos que se proclaman en la web, donde también se encuentra la de www.slowdown.cl:

1.- Tómate una infusión con los pies apoyados fuera de la ventana. No hacerlo mientras conduces.
2.- Invierte calidad de tiempo en la bañera y si es acompañado mejor.
3.- Escribe estas palabras en un sitio visible: Hacer varias tareas a la vez es no hacer ninguna bien.
4.- No te veas forzado a responder con rapidez, tómate tu tiempo.
5.- No lleves el reloj encima, no te preocupes que sabrás la hora.
6.- Bosteza a menudo. Bostezar es bueno para la salud.
7.- Escucha una pieza de música de Mozart en su tempo original.
8.- Hacer la compra en un mercado de productos frescos.
9.- Preparar una comida para poder sentarse con tranquilidad y saborearla sin tener encendido el televisor, o leyendo algo que genere sosiego.
10.- Limitar la lista de cosas pendientes; tomarse el tiempo necesario para las personas y actividades con las que se disfruta.


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