Berta Rodríguez: La deportista top que se despide en unos Juegos Olímpicos
Después de más de 30 años de carrera, para esta tenista de mesa ha llegado la hora de retirarse y dedicarse a formar nuevas generaciones, las que desgraciadamente no ve con buenos ojos.
28 de Junio de 2012 | 08:43 | Por M. José Errázuriz, Emol
Ni se le ocurra a alguien decirle que juega ping pong. Se le ponen los pelos de punta porque asegura que hay un mundo de diferencia entre eso y el tenis de mesa; un mundo de reglas, normas y convecciones que en el ping pong nadie cumple.
Se inició a los 9 años porque algunos de sus siete hermanos que jugaban la empujaron a tomar la paleta. Así, al poco tiempo entrenaba y a los 12 años cosechaba sus primeros triunfos.
Berta Rodríguez (41 años) recuerda con cariño esos años, al igual que la mano que le tendió Home Depot, luego Homecenter Sodimac, (hace más de 12 años) cuando le ofrecieron entrar a un programa especial de trabajadores-deportistas de alto rendimiento.
Tener esa posibilidad le ha significado poder entrenar arduamente cuando debe enfrentar una competencia, y seguir percibiendo su sueldo y beneficios de la empresa pese a que se ausente.
Y eso es lo que en definitiva le ha permitido estar en tres Juegos Olímpicos -Atlanta 1996, Sydney 2000 y Atenas 2004- e ir ahora por su cuarto: Londres 2012.
Para llegar a punto, desde hace algunos meses está en entrenamiento de doble jornada, lo que implican 5 horas de práctica y acondicionamiento físico diarios, y gran parte de ese tiempo lo pasa en el Centro de Entrenamiento Olímpico de Ñuñoa.
Medallas tiene muchas a nivel americano; ha participado en 5 Juegos Panamericanos, pero nunca ha logrado vencer a las bravas jugadoras asiáticas. Por eso, en estos JJ.OO. su meta es pasar las preliminares.
"Aún así, trabajé duro para estar entre los cuatro deportistas más destacados de la historia chilena y en cierta forma lo he logrado porque soy uno de los que han estado en cuatro JJOO", dice con orgullo.
-¿Alguna vez te pensaste deportista o fueron tus hermanos mayores los que te metieron el bichito? "Lo primordial, la motivación, vino de ellos; ellos me llevaban a entrenar. Además yo hacía otros deportes, jugaba basquetbol y voleibol, entonces sentía que tenía facilidades para captar y aprender otras disciplinas. "El tenis de mesa me gustó porque es un deporte individual donde dependía todo de mí y por eso me proyecté con el apoyo de mis familiares. Además, tenía entrenadores que me guiaron, me enseñaron y vieron mis condiciones, todos factores importantes para seguir".
-¿Por qué un juego de individualidad, más que de quipo? "Sí, porque depende de mí. Igual el tenis de mesa tiene cuatro pruebas: equipos, doble mixto, doble dama e individual, pero claramente ésta es la que más me gusta. Es rico entrenar con disciplina y ponerse metas que dependen sólo de ti".
-¿En qué momento te diste cuenta de que los JJOO podían estar en tu horizonte? "Uno no lo ve tan claro; quizás aparece cuando te das cuenta en un preolímpico que tienes la opción de clasificar. Recuerdo que el 95 le preolímpico fue en Cuba y lo disfruté, pero no estaba tan claro. Las cosas se dieron y ahí uno le toma el peso".
-¿Qué ha significado para ti estar en tres JJ.OO.? "Una experiencia única, linda. Los primeros, Atlanta, fue con mucho nerviosismo; era un megaevento y claramente la presión se siente. Mi primer partido fue con una china, rankeada tres del mundo y eso fue demasiado fuerte, pero después Sydney fue diferente y traté de disfrutar un poco más. "Siendo realista es complicado competir con jugadoras que están en el más alto nivel. Todas son profesionales y en Chile somos aún amateurs entre comillas; somos profesionales al entrenar, pero ellos reciben un trato claramente diferente al de nosotros. Nosotros estudiamos o trabajamos, debemos complementar las cosas porque la realidad del deporte chileno dista mucho del de otros países".
Al salir del colegio, Berta estudió y obtuvo su título como técnica en procesamiento de datos, carrera que nunca ha ejercido, pero que sabe que más adelante le va a servir. "Siempre hay que tener un título para que el día de mañana no te digan 'qué más hiciste'", afirma.
-¿El deporte ha determinado todos tus proyectos de vida? ¿Qué sacrificios ha implicado? "Sí, cuando le dedicas prácticamente la mitad de tu vida al deporte tienes costos. Estar enfocado en ello implica dejar de lado cosas tuyas personales como no asumir un compromiso más prolongado con un pololo, postergar la maternidad. Nosotros lo asumimos porque tiene por otra parte, cosas gratificantes. "Cuando te propones cosas en el deporte y lo consigues, es rico ver que las cosas valen la pena. Ser una de las mejores deportistas en tenis de mesa en la historia de Chile es importante y será difícil que alguien lo pueda igualar. "Tengo muchos sobrinos por lo que nunca me he sentido sola y no me siento afectada por no haber concretado lo más maternal. Todo tiene su tiempo y estoy agradecida de Dios".
-Viendo tus resultados en los JJ.OO., ¿ningún resultado adverso ha sido suficiente para frustrante? "Tengo un pequeño desafío. Gracias a Dios podré estar en mis últimos JJ.OO. y mi última competencia…".
-¿Por qué la última? "Creo que ya cumplí una etapa en mi carrera. Creo que voy a seguir jugando sólo hasta fin de año, y agradezco a Dios que todo lo que anhelaba y deseado se ha cumplido, pero ya no hay motivación. Tengo 41 años y aunque éste es un deporte longevo, creo que uno tiene que retirarse cuando uno está arriba, no cuando está en decadencia. Quiero tener ese lindo recuerdo con los JJ.OO. y de ahí el campeonato Sudamericano. Tiene que haber algo que de verdad me motive para llegar a los Odesur de 2014, pero tengo que ser honesta, en este momento, estoy mentalizada hasta fin de año. "En esta etapa de mi carrera estoy más tranquila, lo disfruto más y tengo la cabeza más fría como para poder tomar las cosas con más relajo y así a lo mejor las cosas se dan en Londres que es pasar la ronda preliminar".
-¿No te resulta desgastante saber que en los JJ.OO. será imposible derrotar a las asiáticas, que son históricamente imbatibles? "Quizás al principio lo desgastante es la presión de estar en los JJ.OO., de los medios, pero ya estoy en una etapa diferente, con confianza".
-Pero estas competencias contra las chinas es como David contra Goliat, no sólo para las chilenas, sino también para las americanas. "Sí, para este continente es súper complicado. Ellas son jugadoras que juegan todo el año en alto nivel y nosotros con suerte vamos a tres protour en e el año. Los chinos son buenos, porque hay que pensar que unos 2 millones entrenan tenis de mesa; además creo que la raza tiene mucho que ver, porque tienen habilidad. Estuve en China y vi que ellos lo estudian, estudian y entrenaban mañana, tarde y noche".
-Ahora que te retiras, ¿en qué te gustaría seguir? "Me encantaría ser entrenadora o ayudante y estar en el proceso de Odesur 2014. Tengo mucho que aportar y ayudar a las chicas que vienen, que si se lo proponen y trabajan con perseverancia podrán lograr cosas".
-¿Te jugó en contra no tener oponente de tu nivel para entrenar? ¿Debiste irte al extranjero? "No, no. Es la realidad; entrené toda la vida con los hombres que tienen más fuerza, potencia que es lo que encuentro en los torneos europeos. Como estoy en la última etapa de mi carrera quise quedarme acá y no irme afuera. "Hoy el Estado está invirtiendo mucho más en los deportistas pero creo que las generaciones que vienen son muy cómodas; no les gusta esforzarse, sacrificarse y me da lata porque me hubiera gustado que cuando empecé, en mi tiempo, contar con el apoyo que ellos tienen ahora. Al final cuando te cuestas más, las valoras más".
-¿El tenis de mesa es valorado en Chile? "Se ha masificado mucho, pero es complicado cuando todo se centra en el fútbol y en el tenis; hay que ser realista, esos son los únicos deportes que venden. Además influye mucho que los dirigentes lo fomente más. "Si tienes un campeón en cualquier disciplina la cobertura es de dos o tres días y nada más; quienes quieren lograr cosas tienen que luchar contra muchas adversidades para cumplir sus sueños".
-¿Te faltó apoyo? "Quizás. Lo mejor que estuve en el ranking mundial fue 200 y a lo mejor pude haber llegado al 100, pero esas las cosas que nunca voy a saber. En el deporte siempre pasas por cosas complicadas…
-¿Cómo cuáles? “No, siempre hay obstáculos, tú das tu opinión y a veces la verdad molesta. No soy una persona patera, siempre he sido consecuente con mis valores, entonces cuando veía cosas que no me parecían lo dije como correspondía y algunos no les gustó. Aún así salí adelante, luchar contra la adversidad te hace más persona".
-¿En más de 30 años de carrera, alguna vez quisiste abandonar? "Sí, como a los 17 años, cuando el ritmo se hace duro y más si no sentías el apoyo de dirigentes y entrenadores. Por ahí estuvo mi familia y otros que me apoyaron y me permitieron sobreponerme a la adversidad e ir tras mi objetivo".
-Tus hermanos deben haberse arrepentido de haberte introducido en esto. Ninguno debe querer jugar contigo porque les debes dar paliza. (Se ríe, pero corto) "Tenía un hermano muy bueno, pero no fue perseverante. Ya no jugamos, cada uno tiene su vida, pero lo hago en mi trabajo con mis compañeros; hacemos torneos y sí, si juegan conmigo… Están orgullosos".