La palabra chakra proviene del sánscrito y se traduce como "rueda". Su conocimiento proviene de los Vedas, que son escrituras de origen hindú del año 3.000 a.C aproximadamente.
"Son centros energéticos del cuerpo que regulan la absorción y salida de la energía vital del ser humano", explica Pamela Cruz, terapeuta especializada en desarrollo femenino (
afloramujervozmedicina@gmail.com). Agrega que son vórtices o remolinos esféricos de energía rotatoria y de forma cónica, que se ubican en uno de los cuerpos sutiles, llamado cuerpo etérico, invisible para el ojo humano, pero que según la sabiduría del antiguo oriente es el que da y distribuye la vitalidad en el cuerpo físico. Aquí también se ubican los nadis o meridianos por donde circula la energía que llega a los chakras.
Los principales o superiores son siete y existen 21 secundarios o inferiores, que estarían distribuidos por todo el cuerpo humano, destacando los de las manos y pies.
Cada uno de ellos al estar en equilibrio o desequilibrio tendría una fuerte influencia en la actividad física diaria, porque estarían conectados a las glándulas endocrinas, dando o no balance físico, mental e integridad emocional. En otras palabras, los chakras dan cuenta de aspectos físicos y emocionales de las personas.
"Los siete chakras superiores tienen asignado un color y han sido representados como flores de loto con distinta cantidad de pétalos para cada chakra y además, tienen una parte delantera y otra trasera, pero se consideran como una unidad", agrega Pamela Cruz, quien realiza sus terapias con sonidos de cuencos, canto, gemas y reiki.
Afirma que los chakras inferiores y superiores están unidos entre sí, y forman un sistema que se despliega por un gran canal energético que recorre toda la columna.
Chakras bloqueadosConocer qué son los chakras y qué sucede cuando están en equilibrio y en desequilibrio será útil cuando se quiere ahondar en las causas de cualquier enfermedad y para entender las explicaciones que los terapeutas complementarios entregan.
La idea es ir más allá de los síntomas, al origen de los desequilibrios donde este sistema es ciertamente práctico e impresiona su exactitud.
Maria Eugenia Orellana, directora del
Centro Nueva Esperanza dice que cuando los chakras están alineados o en equilibrio, "la persona está sana, se siente feliz, plena, conectada con su ser y con los demás. Irradia luz y armonía hacia fuera".
Sin embargo -continúa-, cuando están bloqueados aparecen síntomas o signos de enfermedades y problemas emocionales donde la persona se siente desconectada de su ser y del medio que la rodea.
En términos prácticos, se dice que un chakra está en su funcionamiento normal o armónico cuando su energía gira en el mismo sentido de las manecillas del reloj. "Esto hace que metabolice las energías que necesita el cuerpo de manera saludable y fluida. Es decir entrega energía vital al ser humano, manteniéndolo armónico y estable consigo mismo", asegura Pamela Cruz.
Al contrario, si el chakra gira en sentido contrario, "la corriente energética fluirá hacia afuera, por lo que interfiere en el metabolismo de la persona y al no llegar energía a su centro, la persona sufre ciertas falencias en su salud", declara.
Por lo tanto, ambas especialistas en terapias energéticas coinciden en que el funcionamiento armónico de los chakras es vital para una vida armónica y saludable.
"Si tienes dolor abdominal o problemas de digestión es claro signo del bloqueo del tercer chakra, ubicado en la boca del estómago. Su desequilibrio puede estar causado por enojo, vergüenza, desesperación, rechazo a emociones y deseos propios, o al dejarse manipular por otros y no poner límites", ejemplifica María Eugenia Orellana, terapeuta de biomagnetismo y sanación pránica.
¿Cómo equilibrarlos?Tanto Pamela Cruz como María Eugenia Orellana aconsejan practicar yoga, danza, meditación y asistir a terapias con reiki, flores de Bach y cualquier sanación que los alinee y los desbloquee directamente. Pero también sirve estar en contacto con la naturaleza, escuchar música, sonidos relajantes y que eleven la vibración como lo que emiten los
cuencos tibetanos y de cuarzo. Aunque también mencionan que la respiración profunda y el sentir el cuerpo ayuda. "Si aprendemos a sentir nos aprendemos a conocer y al conocernos podemos distinguir, dónde estamos fallando y los bloqueos que tenemos", detalla Pamela Cruz.
Los distintos chakras
Son siete principales que se dividen en dos grupos, ubicados en el triángulo inferior e superior del cuerpo. Los tres primeros se enfocan en las necesidades básicas humanas y el resto, conecta a planos superiores de conciencia. Queda aparte el cuarto que es el chakra del corazón, "es el punto de equilibrio entre ambos triángulos y es de donde cambia la experiencia del Yo o Tú hacia un Nosotros", explica Orellana.
Además, habría un octavo que es el campo electromagnético o aura que combina el efecto de todos los chakras.
Para entender en detalle cada uno, las especialistas entregan su ubicación y definiciones:
Primer chakra (Muladhara): está en sector del perineo, entre el ano y los genitales. Color rojo, elemento Tierra. Relacionado con órganos de eliminación, estructura y huesos.
Equilibrio: Deseo de vivir, tiene mucha energía para concretar sus proyectos y deseos, es directo, seguro, resistente y claro.
Desequilibrio: Miedo, inseguridad, vida como carga, sentimiento de no pertenecer a la tierra, cultura, familia. Psicosis, rigidez, vive volando y le cuesta concretar. Apego a lo material.
Segundo chakra (Swadhisthana): se ubica dos dedos más abajo del ombligo, Color naranjo, elemento agua. Relacionado con órganos reproductivos, riñones y vejiga.
Equilibrio: La persona presenta un goce absoluto en su sexualidad, conectada con sus emociones, sintoniza con el otro, tiene motivación, gusto, opinión y es muy creativa.
Desequilibrio: Miedos, culpa. Frigidez o manía sexual. Frustración, falta de creatividad, estancamiento y goce de la vida. Apego a personas.
Tercer chakra (Manipura): se encuentra en el punto del obligo y plexo solar. Color amarillo, elemento fuego y el Sol. Órganos digestivos, hígado, vesícula, bazo, páncreas y suprarrenales.
Equilibrio: Poder personal, fuerza para vivir en equilibrio interno, compromiso, autoestima, identidad, juicio, voluntad, expresividad y gran motivación hacia los demás.
Desequilibrio: La persona presenta un bloqueo importante de sus sentimientos y deseos. Enojo, vergüenza, desesperación, falta de fuerza y se deja manipular por otros. Es frecuente el exceso de peso.
Cuarto chakra (Anahata): está en el centro del pecho. Color verde, elemento aire. Vinculado al corazón, pulmones y timo.
Equilibrio: Amor a sí mismo y a todos. Compasión, bondad, servicio, empatía, pone límites. Ayuda, sana, enseña, ama y aprecia la vida.
Desequilibrio: Dificultad para amar. Tristeza, soledad, avaricia, no puede establecer relaciones duraderas, controladora. Miedo al rechazo, cruel.
Quinto chakra (Vishuda): está en cuello. Color azul o turquesa, elemento éter. Tráquea, garganta, cervicales, tiroides y paratiroides.
Equilibrio: Lenguaje, comunicación de lo que se siente y piensa. Capacidad creativa. Desarrollo de talento y habilidades. Percepción de lo sutil.
Desequilibrio: La persona siente que el mundo es negativo y hostil. Timidez, orgullo. No sabe expresarse ni puede hacerlo. Falta creatividad, tranquilidad y silencio interior.
Sexto chakra (Ajna): se encuentra en el entrecejo. Color azul índigo, elemento luz. Cerebro, pituitaria, sistema nervioso y endocrino.
Equilibrio: Perceptivo, intuitivo, concentración, determinación y amplia visión interna y del mundo. Alta capacidad para visualizar, comprender conceptos y cree en sí mismo. Poder de proyección.
Desequilibrio: Confusión sobre la realidad y lo que ocurre. Pensamientos negativos, frustración, depresión, egoísmo, sobre-intelectualización.
Séptimo chakra (Sahasrara): se ubica en el centro superior de la cabeza o coronilla. Color violeta. Se asocia al pensamiento, la conciencia. Cerebro y glándula pineal.
Equilibrio: Conecta con la espiritualidad y experimenta un estado de ser en plenitud, donde trasciende la realidad. Humildad, elevación.
Desequilibrio: La persona se siente aislada y fuera. No conecta con el universo en su interior, se ve y vive separada del resto, le cuesta entrar en sí. Miedo a la muerte, pesar.