Los fumadores que estén intentando reducir o dejar de fumar podrían optar por salir a correr la próxima vez que vean que las ansias de fumar les superan, según un estudio británico.
Los investigadores, cuyos resultados se publicaron en la revista Adicction, combinaron datos de 19 ensayos clínicos previos y descubrieron que una sesión de ejercicio físico en general ayudaba a reducir las ansias de nicotina, aunque no quedó claro si esto se tradujo en una mayor probabilidad de dejar de fumar.
"Ciertamente, el ejercicio parece tener beneficios temporales y como tal puede ser recomendado enérgicamente", dijo Adrian Taylor, profesor de ejercicio y salud psicológica en la Universidad de Exeter, en Reino Unido, quien dirigió el estudio.
En los casos clínicos utilizados para el estudio, los fumadores fueron asignados aleatoriamente a ejercicios como caminar rápidamente o montar en bici, o algún tipo de actividad "pasiva", como ver un vídeo o simplemente estar sentado en silencio.
En general, el equipo de Taylor encontró que la gente decía que tenía menos ganas de fumar después de hacer ejercicio que antes. El porqué no está del todo claro.
El ejercicio podría servir como distracción, mientras que la actividad física también podría mejorar el estado de ánimo de la gente, que así no tendrían la necesidad de sentirse mejor fumando, dijo Taylor.
Ninguno de los fumadores en los estudios estuvo en un programa para dejar de fumar o utilizó productos sustitutivos de la nicotina, como chicles o parches.
El ejercicio podría tener un efecto menor en los fumadores que utilizan ese tipo de productos.