WASHINGTON.– Estados Unidos tiene desde hace cuatro años un presidente negro pero en el mundo satinado de las revistas Condé Nast no había habido nunca un director de origen afroamericano, hasta hoy.
La editorial que publica las revistas más famosas del mundo, como Vogue, Vanity Fair o New Yorker, anunció el nombramiento de Keija Minor al frente de Bride, un mensual para novias.
Keija es la primera mujer de piel negra en 103 años que se coloca al timón de una publicación de Condé Nast.
En Estados Unidos el de las revistas es un mundo aparte: mientras otros sectores del periodismo, de diarios a televisiones, han abierto a las minorías en los últimos 40 años, la industria del magazine se ha quedado atrás, dijo al diario The Washington Post Richard Prince, que se ocupa del blog Journal-ism para el Robert C. Maynard Institute for Journalism Education.
Son poquísimas las revistas que han tenido periodistas de color en un alto cargo: entre estos Newsweek (con Mark Whitaker, ahora top executive de la cadena CNN), Men’s Fitness, Money, Teen People y Billboard.
La conductora Oprah Winfrey, "reina" de los "talk shows", fundó la revista "O" pero encomendó su dirección a otros. Esto se debe en parte al hecho de que la industria de las revistas está dirigida a un público especializado y dividido por segmentos, y entre estos segmentos el de la raza blanca es dominante.
Se trata de un mundo "autosegregado" entre blancos y negros. Medios importantes como Ebony, Jet y Essence, que tienen a lectores y lectoras afroamericanos, están confeccionados por equipos de periodistas y editores de color.
Bride es un caso aparte, con un público que en su 40% se define afroamericano o latino. Y podría ser ésta la explicación del nombramiento.
Pero hay también quienes sostienen que la ausencia de negros en los puestos altos de las revistas es debido a una suerte de selección natural: muchos afroamericanos o afroamericanas no pueden permitirse los largos períodos con horas de trabajo no rentadas.