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Madre muere por evitar que amigos de sus hijos le llamaran “gorda”

Para que dejaran de molestar a sus hijos diciéndoles que su madre era una gorda, Tracey se sometió a una gastrectomía en manga, falleciendo 10 días después. “Cualquier persona que se opere con una cirugía de la obesidad tiene un riesgo. Por eso se deben hacer en centros que se dediquen al tema”, aseguró en Chile, un experto.

25 de Enero de 2013 | 15:39 | Emol
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“Sus hijos no la veían obesa, pero los otros niños les decían ‘tu mamá es gorda’”, dijo la mamá de tracey a la prensa británica. Arriba, Tracey junto a Riah, a la edad de 3 años.

Daily Mail
“Para Tracey, sus hijos eran su vida. Todo lo que hizo, fue por ellos”, dice en un memorial en honor a Tracey Korkmaz publicado en internet. Y aunque su fallecimiento se produjo ya hace cinco años, su nombre ha vuelto con más fuerza en la mente de sus seres queridos en los últimos días, y ha revivido en los medios de su país, Inglaterra, el hecho que terminó con su vida.

En enero de 2008, Tracey se sometió a una cirugía de la obesidad. Estaba dispuesta a bajar parte de sus 114 kilos, motivada por las constantes burlas que los niños les hacían a sus hijos -Riah, Enes y Zeren, hoy de 16, 13 y 7 años-, por su evidente sobrepeso. “Sus hijos no la veían obesa, pero los otros niños les decían ‘tu mamá es gorda’”, comentó June Sillitoe (68), la mamá de la mujer.

Pero pocos imaginaban que la gastrectomía en manga que se realizó en el University College Hospital, en Londres, traería complicaciones durante la operación. Pero según han señalado un sinnúmero de medios británicos, durante el procedimiento, los médicos notaron un agrandamiento del hígado de la mujer y una hemorragia interna, por lo que se decidió dar marcha atrás con la operación.

Tras dos intentos por estabilizar la salud de Tracey y evitar una filtración que amenazaba su vida, ella falleció diez días después, a los 41 años. Su certificado de muerte aseguraba que la obesidad la había matado, pero June no se quedó tranquila y pidió una investigación del caso.

Para septiembre de ese año, un  médico forense dio un nuevo veredicto: muerte accidental por atención médica adversa, apoyado en profesionales que revisaron las causas del deceso, y que aseguraron que los que estaban a cargo ese día, deberían haber comenzado una cirugía abierta cuando notaron los problemas.

“Las mujeres no entienden lo que esta operación puede hacer. Ha dividido a mi familia”, dijo June a la prensa inglesa. “Ahora tengo a una niña de 7 años que no recuerda a su mamá, a uno de 13 que está enojado con el mundo y a una de 16 que necesita de su madre”, agregó, asegurando que hoy se ha propuesto a difundir los riesgos de las cirugías de la obesidad.

Sus palabras se conocen luego de que hace unos días salió a la luz que el NHS (National Health Service) habría llegado a un acuerdo monetario con la familia de Tracey, cuya suma no fue revelada.  “No quiero pasar por algo así de nuevo”, dijo la madre de la fallecida. “Pero al menos, ahora los niños tienen un colchón de dinero para su futuro. Es por eso por lo que peleé (…) A pesar de que los ayudará, el dinero no les traerá a su madre de vuelta”.

La manga, la cirugía que lidera en Chile

En Chile, la gastrectomía en manga es la cirugía bariátrica o cirugía de la obesidad que más se practica, representando cerca de un 80% de los casos de pacientes que buscan en una operación, la solución a su imposibilidad de bajar de peso.

La conocida banda gástrica -anillo que se pone alrededor del estómago- ya prácticamente no se realiza, como lo explica el cirujano digestivo y director del Centro de Tratamiento de la Obesidad UC, Camilo Boza. Y pese a que existen otras alternativas como el bypass, la banda gástrica el balón y el endobarrier, la manga lidera el número de procedimientos realizados en el país.

“Se está usando mucho y es muy seguro”, afirma. “Pero como cualquier cirugía, si se hace mal, tiene sus riesgos. Y entonces, si no se tiene suficiente experiencia, el paciente se puede morir”, dice, explicando que las complicaciones que se podrían dar con la manga, suelen ser las filtraciones, ocasionadas por algún “corchete” que no pegó bien el estómago, tras ser éste cortado.

“Esa probabilidad va entre el 0,2 a 0,3% y puede llegar hasta el 5 o 7%, en lugares sin experiencia. El mensaje es que cualquier persona que se opere con una cirugía de la obesidad tiene un riesgo. Por eso se deben hacer en centros que se dediquen al tema”, advirtió.

Para ser más específico, aconsejó buscar establecimientos médicos de excelencia, en el que su experiencia le permita operar al menos a 150 pacientes al año, que cuente con un servicio de urgencia las 24 horas del día y en el que se pueda realizar escáneres de forma permanente.

Asimismo, recalcó la importancia de que los centros en los que una persona decida operarse, cuenten con un grupo multidisciplinario (con nutricionistas, enfermeras, kinesiólogos deportivos, psicólogos, etc.), que trabajen en conjunto con el cirujano. “(La obesidad) es una enfermedad compleja y la operación es una parte del tratamiento”, aseguró.

Además, el doctor comentó que, a diferencia de Chile y debido a su sistema de salud, Inglaterra estaría atrasada en el tema de la cirugía de la obesidad específicamente, lo que explicaría que se dieran complicaciones como la que le quitó la vida a Tracey.
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