Se casaron hace menos de una semana, de forma simbólica, pero la publicidad que le han dado al enlace ha desatado una fuerte polémica en la sociedad china.
El escándalo ha sido mayor porque mientras realizaban la ceremonia, que transmitían por Internet, el hijo de uno de los novios se presentó en el lugar reclamando por el hecho.
La pareja está formada por un profesor de historia jubilado y un repartidor de bidones de agua que viven en Pekín han desafiado a las autoridades con este acto, considerando que hasta el 2001 la homosexualidad era considerada una enfermedad. Y hasta 1996 era un delito.
“Los que se oponen a los homosexuales no son gente normal, y mucho menos buenas personas. ¿Acaso los homosexuales influimos en su vida, trabajo o estudios, acaso les hacemos comer o dormir mal, acaso les creamos enfermedades, acaso evitamos que no cobren? En realidad nuestro amor no es un error”, escribió la pareja hace días en Weibo, el Twitter chino que han utilizado para exponer su historia.
La pareja es tan popular en China –más de 5 personas siguieron el enlace- se llaman entre ellos “bebe pequeño” y “bebe grande”.
Y parte de lo llamativo de este matrimonio es que mientras uno vestía un smoking negro elegantísimo, el otro estaba cubierto por un vestido de novia blanco de tul.
Los homosexuales decidieron compartir su historia impulsado por una campaña pro derechos homosexuales hongkonesa y han posteado permanentemente pasajes de su vida bajo el título de
“Amor de dos abuelos”.