Sigue deslumbrando. Por su belleza y su simpatía, aunque ya no se le vea en las pasarelas de grandes diseñadores del circuito mundial, en donde deslumbró en la década de los noventa.
La argentina
Valeria Mazza (41) hoy se la ve de rostro o embajadora de diversas marcas. En Chile se ha ligado a Falabella, Oral B y ahora Bellíssima, una marca que trae innovadores productos tecnológicos para el cuidado de la mujer.
Casada hace 15 años y madre de cuatro niños (la única mujer, la menor, ya tiene 5 años), también ha creado su propio perfume y lentes de sol. Pero siempre en su registro estará el haber sido la primera supermodelo latinoamericana en vestir grandes diseñadores acompañada de las top model Cindy Crawford y Naomi Campbell.
Su figura no sólo se la debe a la genética, sino que también practica tenis, natación y running, por lo que se ha convertido en una vocera de la belleza sana y es en ese plano que llama a las mujeres a envejecer con dignidad.
-¿En qué etapa de tu carrera te defines hoy?“No tengo separada la carrera por etapas; pero creo que estoy en un plan de reinvención permanente después de tantos años de viajar y estar ligada muy de cerca al mundo de la moda. Hoy puedo sincronizar mis dos mundos: mi familia y mi trabajo y eso me hace estar en creación permanente.
“Soy muy aventurera y sinceramente estoy siempre buscando desafíos nuevos”.
-Siempre has destacado por decidir los pasos dados. ¿Tú resolviste destinar menos tiempo a tu carrera por estar más con tu familia?“Bueno, en un momento estuve 100 por ciento dedicada a ello y viví en Estados Unidos y Europa, pero en 1998, cuando tomé la decisión de casarme, fui repartiéndome como lo hace cualquier mujer que tiene chicos. Si bien mi trabajo es muy importante, obviamente la prioridad es mi familia”.
-¿Grandes pasarelas no estás haciendo por opción personal?“Me parece que ya está eso; creo que uno debe saber correrse, dejar lugar a otras, ubicarse. Eso forma parte del saber crecer”.
-¿No te empuja el mundo de la moda fuera? ¿No crees que es cruel con la edad? Tú tienes sólo 41 años y estás regia.“Lo que pasa que eso depende de cómo lo manejes. Obviamente, si quieres empezar a trabajar como modelo a los 30 años no se puede, porque hace falta juventud, belleza física y mucha suerte. Ahora si haces una carrera puedes hacer lo que hago: yo hoy trabajo de Valeria Mazza, sigo vinculada al mundo de la moda porque he hecho una carrera a nivel mundial exitosa”.
-Cuando se observa que las grandes pasarelas sólo quieren niñas de 16 años, ¿no resulta ser frustrante para la mayoría de las mujeres?
“Bueno, es que hay que tener claro que la moda es y será siempre un mundo de fantasía y lo que vende es una ilusión, una marca. Son 15 minutos donde cada diseñador muestra un sueño y el trabajo de las modelos es crear ese momento mágico, una idea de lo que el diseñador tiene. Pero eso no es lo que sale a la calle, la colección especial de la pasarela no se la venden a nadie, no es lo que va a las tiendas.
“Las mujeres cada vez tienen más información, a la moda, que hoy es más alcanzable y eso es una herramienta para saber cómo usarla”.
-Pero en ese mundo de fantasía, da la sensación de que no se puede envejecer.
“Sí, pero todos envejecemos, los que están dentro o fuera del mundo de la moda. El tema es saber envejecer con dignidad; la guerra contra el envejecimiento está perdida. Lo que uno puede es ir dando batallas para envejecer con dignidad, y llenarse el alma de otras cosas que es la que te da la sonrisa de todos los días. Eso no es por lo que te pusiste, sino por lo que transmites del interior”.
-Has confesado que no te has hecho retoques. ¿No apoyas las cirugías y otras técnicas para alcanzar la juventud infinita?“La juventud infinita no existe, y no estoy de acuerdo con ella. Insisto, uno debe dar batallas para envejecer con dignidad porque la juventud infinita no existe y creo que la cirugía debe ser el último escalón. Antes, hay un montón de cosas que probar. No estoy en contra de las cirugías, pero no me parece bueno tomarla como un procedimiento similar al Papanicolaou que se hace una vez al año. Al final, pasa a ser un vicio del que no hay vuelta atrás; no podés parar”.
-Las mujeres te ven representante de la belleza sana fruto de una vida más normal.“El mundo de la moda ha sido siempre mi trabajo, pero no es mi vida. Yo no vivo en una pasarela, nunca lo he hecho; siempre supe separar las cosas y poder hacer una vida más allá de la fantasía”.
-¿Hay que dar una vuelta de tuerca en esto? Así como ahora se exige cierto IMC para las pasarelas, ¿se debiera restringir el uso de procedimientos?“Bueno, eso no es un trabajo sólo del mundo de la moda; lo que pasa es que éste es una imagen que crea referentes fuertes. Pero creo que esto debe ser un trabajo de la sociedad toda, porque la misma sociedad busca, cada vez más, soluciones rápidas para todo.
“Y bueno, si no me gusta lo que veo en el espejo y me angustió, probablemente creeré que si voy al quirófano todo se va a solucionar, pero no pasa todo por ahí. Hay que ser un poco más profundo en el análisis y quizás, después paso por el quirófano. El cambio va de adentro hacia afuera”.
Valeria Mazza remarca: “El límite es la salud. No vale la pena enfermarse para entrar dentro de un vestido”.
-¿Crees que te pudo traer costos en tu carrera profesional haber puesto esos límites?“Todas las decisiones que uno toma en la vida tienen un costo; siempre. También tienen un beneficio; yo he tomado las mías y las seguiré tomando”.
-A los 40 años, nos puedes dar un secreto de belleza que sea infalible. ¿O sigues con las mismas rutinas?
“No, creo que secretos ya no hay, las mujeres tienen tanta información que ya sabemos lo que tenemos que hacer. Si puedo dar un consejo y que al menos a mí me funciona, es tratar de empezar lo antes posible a cuidarnos, no esperar a los 50 para humectar la piel, comer sano, hacer ejercicio. Que eso sea una rutina de vida, y usar protector solar los 365 días del año”.