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Alejandra Godoy: El nuevo fenómeno “te amo, pero no te deseo”

Esta psicóloga asegura que el cambio en la correlación del poder en una pareja hizo que sean, ahora, los hombres los que sufren de inapetencia sexual, disfunción que va en aumento. Agrega que las personas deben buscar la inteligencia sexual.

21 de Noviembre de 2013 | 08:19 | Por María José Errázuriz L.

El título del libro lo dice todo: “Te amo, pero no te deseo”. En palabras simples, la inapetencia sexual presente en su máxima expresión dentro de una pareja estable y que con mayor y preocupante frecuencia se presenta en los hombres.

Los psicólogos Alejandra y Antonio Godoy enfrentaron este difícil tema luego de la creciente consulta de parejas que decían tener una buena relación, quererse, pero que simplemente no funcionaban en la cama.

Si bien la disfunción conocida como Deseo Sexual Hipoactivo fue diagnosticada hace varias décadas, estos profesionales avanzaron hacia una nueva definición bajo el nombre Deseo Sexual Hipoactivo selectivo-relacional (DSHsr) que se expresa principalmente en varones jóvenes que no tienen ganas de hacer el amor con su mujer.

La literatura ha avanzado en descifrar esta disfunción o patología, entre las que se encuentran el estrés por la agitada vida actual, pero por sobre todo, el cambio de roles de hombres y mujeres, que ha hecho que ellas tomen un papel más activo y ellos se sientan confundidos y relegados.

Alejandra, psicóloga clínica UC, doctora en terapia de pareja y sexualidad de la Freie Universität Berlín y directora del centro clínico Ceppas afirma que las parejas están en una etapa de transición y eso explica por qué hoy los hombres presentan en mayor medida, por sobre las mujeres, esta disfunción que vienen observando desde hace 10 años, pero que en los últimos 5 ha tenido un aumento exponencial.

Y así lo expresan en el blog de estos terapeutas, “Hablemos sobre pareja y sexualidad”, quienes dejan sus comentarios.

-Si bien el DSHsr se presenta en ambos sexos, ustedes se concentran en los hombres. ¿Por qué?
 “Porque es un nuevo fenómeno y la discusión de si es o no patalogía puede ser muy larga.
“El DSH ha existido en las mujeres desde siempre y en los hombres no, nadie consultaba por esta disfunción”.

-¿Las causas en hombres y mujeres son las distintas?
“No. De las cosas que hemos descubierto es que el psicodinamismo que ocasiona esto en hombres y mujeres, al final, termina siendo el mismo, muy similar y tiene que ver con la relación con el otro. De ahí que sea selectivo-relacional, o sea, esto le pasa al hombre sólo con su pareja estable a la cual ama y donde la causa de fondo es el tipo de relación, la dinámica que existe entre ellos”.

-Se decía que esta disfunción se presentaba en la mujer porque la pareja cae en la rutina.
“Es uno de los tantos equívocos que se transmiten. Claramente, esto es mucho más profundo y hay consenso que esto tiene que ver con el poder que la mujer antes no tenía y donde el único poder lo tenía en el sexo. Pero eso ha cambiado, el poder se emparejó y el síntoma lo expresa él”.

-¿En las mujeres el DSH se considera normal y en los hombres anormal?
“Es anormal en las mujeres y en los hombres. Lo que pasa que ahora como se ve en los hombres…

-Es preocupante.
“Es preocupante en ambos. Nos hemos enfocado en los hombres, pero sigue pasando, aunque menos que antes, en las mujeres. Lo trágico es que en las parejas de 30-40 hay falta de pasión notable”.

-Pero enfocarse en la pasión podría ser considerado algo inmaduro. Nos enseñan que la pasión tiende a decaer con los años.
“Lo que pasa es que se puede discutir lo que es pasión, pero si nos concentramos en el deseo sexual, el que una pareja no tenga sexo no es normal. Es verdad que en las etapas de la relación la neuroquímica haga un gran trabajo en los primeros nueve meses, y después se pasa al amor romántico que dura 3 a 4 años donde disminuye el deseo sexual, pero sólo un poquito”.

-¿Se presenta el DSHsr ya en la etapa del enamoramiento?
“A veces sí”.

-¿Qué explica hoy que sean los hombres jóvenes los que presenten esta disfunción?
“Es que ellos están involucrados en una relación de pareja en transición, en donde las mujeres han tenido un empoderamiento notorio”.

-¿Son las mujeres las culpables?
“No y menos, sólo las mujeres, es el sistema, lo que los dos construyen. Esto es un proceso donde las mujeres han ido cambiando y los hombres no han sabido qué hacer con ese cambio. Pero, ojo, la culpa tampoco la tienen ellos, no la tiene ninguno de los dos. Nosotros con Antonio decimos que el asesino es la sociedad, los cambios socioculturales”.

-¿Los cambios de roles que cambiaron los equilibrios en la pareja?
“Efectivamente, si antes eran las mujeres las que presentaban muchas más disfunciones sexuales, hoy todas las disfunciones sexuales de los hombres, no sólo la falta de deseo, han aumentado (disfunción eréctil, eyaculación precoz) e incluso ha aparecido una nueva: la anorgasmia coital masculina, hombres que no pueden eyacular en la vagina. Y en este escenario las disfunciones de las mujeres, especialmente la inapetencia, han ido desapareciendo”.

-Insisto, ¿el cambio de roles?
“Sí, el cambio de la balanza de poder que afecta la intimidad emocional, que es un aspecto fundamental en las parejas. Esto tiene que ver con la profundidad en la comunicación, con una honestidad, con un mostrarse en la relación con el otro.
“Hay que tener claro que esto no le pasa a todos los hombres, ni a todos los hombres con todas las mujeres, si no que a determinados hombres con una mujer en particular, donde ambos tienen una determinada personalidad y en donde en su proyecto conjunto se alteró la balanza de poder”.

-Dices que las mujeres no son las culpables, pero parece que se hicieron un flaco favor al empoderarse. Perdieron todos los privilegios de ser mujer, ya no les abren la puerta, no les pagan la cuenta y tampoco las conquistan. ¿Qué ganaron?
“Ganamos mucho…”

-¿En el campo sexual también?
“Las mujeres se erotizaron, se sexualizaron, se liberaron y obviamente eso generó un cambio enorme. Hoy al hombre no le sirve de nada poner el poder en el sexo. En esta guerra de poder que se produce, en forma inconsciente y que daña a los dos, se encuentra el poder del débil que ejerce su poder en forma pasiva y que obviamente debe importarle al otro. Si a ella no le interesa el sexo y el tiene la disfunción no hay tema, pero al haber cambiado ellas y estar interesadas en el sexo ha generado el problema.
“Salió a flote la verdadera naturaleza de la sexualidad de la mujer que es mucho más intensa que la del hombre y ellos no saben qué hacer con eso. Ellos hoy saben que a ellas les importa mucho. Aún así, las mujeres han ganado aunque han perdidos ciertos privilegios, pero siempre que se gana algo se pierde por otro lado; ya se van a ir acomodando los roles”.

-¿Las mujeres lo están pasando bien? Viven en una ambivalencia: toman la iniciativa, pero se quejan de que ya no las conquistan.
“Esas dos situaciones tienen que ver con el inicio de la relación de pareja, y el DSHsr pasa después, varios meses.
“Es verdad que pasa esto, pero esto tiene que ver con que estamos en un período de transición; se avanza y retrocede, nadie quiere perder privilegios”.

-¿Esta transición explica que el hombre esté pasmado, no sepa cómo reaccionar frente a la mujer empoderada?
“Están insegurizados, perdieron todas las bases tradicionales del estereotipo masculino y no han podido construir otro, están en un período de vacío”.

-En el libro hablan de mujeres castradoras y mujeres fálicas, ¿eso es?
“Antes los hombres eran los fálicos –término que viene del psicoanálisis, descalificador, pero gráfico-. Lo que queremos decir es que las mujeres tienen poder en el ámbito sexual y cuando lo ejercen ellas es castrador, pero cuando lo ejerce él, es viril y potente. ¡Cuidado con eso!"

-¿El péndulo se puede dar vuelta y vamos a tener a una mujer insegurizada de su poder?
“No puedo señalar cómo se va a desarrollar esto más adelante. Tiendo a tener una mirada positiva en las evoluciones de la sociedad, sobre todo cuando se vive más en conciencia y creo que ambos se van a ir adaptando; que habrá distintos modelos de parejas, que coexistan y sean todos válidos”.

-¿O sea, no te sorprende que haya casos de parejas que no consumen el matrimonio?
“Me sorprende y lo encuentro atroz. Ahora, digamos que dentro de las cosas que se están dando ya nada me sorprende, lo mismo que la anorgasmia coital masculina, porque es muestra de que nos estamos enfermando y el sexo es un aspecto importante de la vida. Las parejas que no consumen su matrimonio muchas veces es porque son asexuados, o sea, no tienen sexo con nadie y se están privando de una serie de beneficios, entre otros, la producción de hormonas que son importantes para la salud física y psíquica”.

-Los hombres Alfa, los machos, están en retirada y han arribado los hombres Beta, buenos y pasivos. ¿Pero, los Alfa tienen o tenían menos problemas?
“Tienen menos problemas de deseo sexual de todas maneras, pero no sé si menos problemas de eyaculación precoz y de anorgasmia coital. Es verdad que el hombre Alfa se asemeja al prototipo antiguo del hombre, aquel hombre que siempre estaba a la conquista de la mujer y poniendo al sexo en un lugar primordial y en esas circunstancias es más difícil que pierdan el deseo, pero son muy ansiosos y de ahí eyaculadores precoces. Esto no es simple”.

-En el libro describen una veintena de mitos, como que el hombre siempre está dispuesto y lo pasa bien en el sexo. ¿Hemos cambiado este listado de mitos por uno nuevo, diferente?
“Hay que ver cuántos mitos más construiremos en el camino, pero es verdad y es lo más importante, que se han podido derribar algunos. Podríamos apuntar a que ambos deben alcanzar el orgasmo al mismo tiempo y también el que se está atrasando el momento de la penetración porque se cree que ellas quieren no uno, sino que varios orgasmos, cuando lo que ellas quieren es la penetración. La previa ahora dura entre 1 a 2 horas y ese es un nuevo mito”.

-¿Qué debemos entender por la inteligencia sexual de la que hablan?
“Debe ser una persona que incorpore al sexo como una parte integral de su ser, que tenga la información correcta de su funcionamiento biológico suyo y del otro; que esté dispuesto a probar cosas, pero que al mismo tiempo, no caiga en la disociación. No hay que confundir la inteligencia sexual con una persona que ama por un lado y tiene sexo por otro. Es integrar el amor con el sexo”.

-La falta de deseo es una epidemia, ¿llegará a ser algún día algo normal?
“Tengo la esperanza de que ello no sea nunca así, porque sería síntoma de que nos hemos enfermado. Cuando se tiene una pareja tiene una buena vida de pareja que incorpora el amor y el sexo en forma habitual, generalmente, esas dos personas están sanas, viven más tiempo, en mejores condiciones”.

Alejandra señala que efectivamente hay momentos en la vida de la pareja donde hay una baja en la frecuencia de las relaciones sexuales, como es la llegada de un hijo, pero que hay que tener presente que cuando se pasa mucho tiempo sin sexo, el cuerpo se acostumbra y ya no lo pide. "Mientras más tiempo dejemos pasar más nos va a costar recuperarlo, pero siempre se puede, todos es reversible, porque esto no tiene un origen biológico”, dice.

-En este marco, ¿no es absurdo que el sexo sea una tarea que la pareja debe agendar? Martes, jueves y sábado.
“Primero, dos y no tres porque con dos basta, seamos realistas. Segundo, no me gusta la palabra tarea. En nuestro modelo terapéutico que aplicamos en los DSH está la programación por parte de la pareja de sus encuentros sexuales, pero como una cita pasional o erótica -también están las citas románticas-. Hay un mito en eso de que tiene ser espontáneo; en la vorágine de la vida que los dos estén en sintonía es muy difícil, o sea, que tengan los dos ganas al mismo tiempo, el mismo día es bien difícil, por lo tanto que mejor que hacer una cita”.

-Una cita donde ella se vista de conejita.
“No, no, no, no pongamos más mito en la relación. Tiene que ser un encuentro erótico, con cosas que sean sustentable en el tiempo y en la normalidad de la vida cotidiana; algo rutinario, pero no monótono”.

-¿El DSH se presenta en las personas homosexuales o es una disfunción de los heterosexuales?
“Llevo años tratando parejas homosexuales que consultan por varios motivos, pero en ellas se detecta que tienen una vida sexual pobre, poca, tanto en lesbianas como gays. Es algo muy curioso, y si bien no tengo los casos suficientes para confirmarlo, mi hipótesis es que el DSH también se da. La vida sexual de los homosexuales al comienzo existe, pero va disminuyendo mucho más que en las parejas heterosexuales”.


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