Impresionadas por la larga
lista que creó un hombre en Excel, enumerando las negativas de su esposa para no tener relaciones sexuales con él, un grupo de panelistas quiso debatir cómo el matrimonio podía afectar la intimidad de una pareja, arruinándola por completo.
Entre las mujeres que comentaban sus experiencias estaba Megan Conley, una bloguera casada, con hijos y escritora freelance, aparentemente común y corriente, salvo que ya en el año 2012 escribió un exitoso posteo en su página, titulado: “
Las cinco razones de por qué deberías tener sexo con tu marido todos los días”.
“Salgo a ejercitarme todos los días. Voy a zumba y me humillo frente a otras 45 mujeres cada día, porque decidí que mi cuerpo lo vale y porque me gustaría poder ponerme un traje de baño cuando lo necesite. Así que, ¿por qué no puedo destinar (también) 15 minutos a mi relación amorosa?”, comentó Conley al
The Huffington Post, donde se organizó el panel.
Pero la bloguera no siempre tuvo las cosas tan claras con respecto a la intimidad en pareja. Tal como lo relató en su comentado posteo, la primera vez que se encontró con el concepto de una mujer casada sin sexo, fue siendo una adolescente que, a escondidas, escuchó a dos mujeres quejándose de la apetencia sexual de sus maridos.
Ambas alegaban por el “egoísmo” de sus hombres, quienes esperaban que a ellas les sobrara la energía después de cuidar a los niños y además, prepararles la cena. Además, se avergonzaban aún de los kilos ganados durante el embarazo, y una de ellas decía que apenas podía sacarse la ropa frente a un espejo, así que mucho menos lo haría ante su marido.
“Juré que nunca sería como esas mujeres (…) Nunca me sentiría muy gorda o muy cansada. Nunca. Pero luego, crecí”, escribió Conley, quien terminó por casarse con un hombre llamado Riley y que una vez que tuvo a su primera guagua, dijo que se sentía tan cansada que hasta le “dolían los huesos”.
“Y por un tiempo me sentí gorda. Incluso después de que perdí los kilos del embarazo, todo se veía diferente (…) Me volví un poco distante. Nos empezamos a quedar dormidos sin haber hablado antes o darnos un beso. Entonces, un día, mientras lavaba los platos, me di cuenta de que habían pasado ocho días sin habernos tocado”.
Fue en ese instante en que se propuso un cambio radical en su vida de pareja y con un entusiasmado marido, decidieron probar cómo sería pasar un tiempo teniendo todos los días momentos de intimidad con el otro, aunque no siempre se resumieran en sexo.
Al parecer, el experimento fue un éxito y la satisfecha bloguera, entregó las razones de por qué esta disciplina diaria había mejorado su vida:
1.- Convertirse en madre es maravilloso, aunque puede dejar a una mujer algo despojada de su femineidad, convirtiéndose en lo que la bloguera llama “un género neutral”.
“Parece haber algo que se restaura cuando besas al hombre que te gusta. Hay momentos, mientras estoy en los brazos de Riley, que me doy cuenta de quién soy (…) Sí, soy la que cocina, la que limpia, la que enseña y la que se hace cargo de las cosas desagradables. Pero también soy algo más (…) ¡Soy una mujer!”.
2.- “Si quieres que tu marido sea un hombre, debes tratarlo como a un hombre”, asegura Conley. Y si bien no se trata de volver al machismo de antaño, la bloguera recomienda fijarse en cómo pareciera que ellos necesitan de cosas más simples que las mujeres para validarse en pareja.
“Necesitan ser alimentados, apreciados y tener sexo. Simplemente eso (…) Y por favor, deja que el pobre hombre te vea desnuda. Es asombroso lo que un buen hombre haría por una buena mujer que lo hace sentirse amado. Después de algunas semanas dándole comida y haciéndolo, te preguntarás por qué no insististe antes en tener sexo todos los días. Es una pequeña inversión que tendrá grandes ganancias”.
3.- Es innegable que en una relación que lleva años construyendo una vida y una familia, se necesita volver a los orígenes del amor que hizo surgir todo. “¿Te acuerdas al hombre que hizo latir tu corazón a mil y que te sudaran las manos? (…) Él todavía está ahí. Más allá de los años, las cuentas y los problemas, ese sonriente hombre aún está ahí, enamorado, y necesita a su mujer sonriente. Cada noche, después de que los niños se duermen, es una oportunidad para encontrarlo nuevamente”, escribió Conley.
4.- Sin mayores argumentos que la propia experiencia, la bloguera recomienda el sexo con la pareja para sanar el estrés de la vida cotidiana y la crianza de los hijos.
5.- ¿Por qué rechazamos con tanta facilidad las cosas buenas de la vida?”, se preguntó la bloguera. En medio de todas las actividades a las que se destina tiempo en un día, como ayudar a los hijos con las tareas, a ejercitarse o incluso depilarse, ¿qué tiene de malo un buen momento en pareja?