Heather Havrilesky.
FacebookHace algunos días, Heather Havrilesky publicó una columna en The New York Times donde puso sobre la mesa una molestia subterránea de un grupo de mujeres que ya no resiste que todos, y no sólo sus hijos, las llamen ‘mamá’. El pediatra, los profesores, el entrenador y hasta los extraños.
En sus palabras dejó entrever que esa actitud generalizada simplemente las reduce a un sólo ámbito de sus vidas, y que con ello las apartan de las muchas otras facetas que tienen sus vidas.
“Es posible que te sientas como la misma persona en el fondo, pero lo que el mundo ve, aparentemente, es una mujer que carga con un cordón umbilical gigante. ¿Por qué esta palabra me irrita tanto cuando la persona equivocada lo dice? Pero, cuando mis hijos me llaman ‘mamá’, siento una oleada de orgullo y felicidad”, escribió la columnista.
Su alegato da para pensar y reflexionar sobre hasta qué punto la cultura y la sociedad hace o te “exige”, como dice Havrilesky, que te pierdas como mujer cuando eres mamá.
La razón que entrega es que de alguna manera no hemos aprendido a tratar a las mujeres con niños como personas con deseos y derechos propios y que estos se confunden precisamente con los de sus hijos.
Pero también que los medios y las redes sociales emiten constantes mensajes sobre que el “ser mamá” se ha vuelto más importante que cualquier otra cosa.
¿Qué hacer?
Para la psicóloga y terapeuta de parejas y familia, Daniela Becerra el problema está en que ser mamá es en sí misma, una tarea muy demandante, por la lactancia pero también, por los roles de género y dice, que en nuestra cultura que tiende a ser machista, deposita gran parte del cuidado y crianza de los hijos en la madre.
“En este contexto, ‘desprenderse’ del rol, las responsabilidades maternas y complementar con otros roles e intereses es difícil pues la pareja, la familia y el círculo puede juzgar y cuestionar intentos de la mujer por llevarlos a cabo, promoviendo sentimientos de culpa”, explica la experta.
Sin embargo, comenta que la situación se puede revertir reflexionando sobre cuáles son los gustos e intereses individuales que me diferencian de otras personas, independiente del contexto, situación vital o relación de pareja que tenga, y cultivarlas.
“Desde mi experiencia, las mujeres que se quedan sólo en su rol de madres tienden a ser mujeres que en general, en la vida, construyen relaciones de mayor dependencia en el plano de la amistad, familiar o de pareja, y que se definen mucho a partir de lo que otros esperan de ellas, sin una identidad clara sobre sí mismas”, afirma la psicóloga.
Por lo tanto, opina Becerra, que para desarrollarse como personas, deben comenzar por descubrirse a sí mismas y potenciar sus cualidades y talentos, más allá de lo que hagan o del rol que desempeñen.
La intimidad
El asunto es que muchas mujeres en este olvido de sí mismas pierden también sus atractivos físicos, su sensualidad, el deseo y su sexualidad. Y cómo no, si las hormonas con el embarazo hacen difícil que surjan esas preocupaciones. No son prioritarias.
Pero cuando pasa el tiempo y la relación de pareja comienza a deteriorarse algo hay que hacer. “Tenemos que distinguir qué es femenino y erótico, porque no son conceptos generalizable, sino que dependerán de lo que la persona y pareja definan y construyan como tal, porque es posible también que ocurra que ‘lo maternal’ sea algo que erotice la relación y no al revés”, advierte Daniela Becerra.
No obstante, sugiere a las parejas que estén atenta a las señales que evidencien distanciamiento afectivo y/o erótico.
Para no perderse y recobrar a la mujer que habita en ti, las columnistas Em & Lo, especialistas en sexualidad, publicaron en The Huffington Post, entregan 7 interesantes consejos para que las mujeres vuelven a ser más que mamás y regresen a ser “criaturas sexuales”.
1. Promover la co-parentalidad: Suscita la colaboración, responsabilidad y empatía del proceso en ambos padres, alivianando además la carga en quien está más a cargo de los hijos. Esto además permitirá construir acuerdos alineados sobre la crianza y resolución de conflictos con los hijos, como también, más cercanía en la relación de pareja. Y más tiempo libre.
2. Que no te llame “mamá”: Cuando están hablando con los niños, está ok. Pero cuando se trata de una conversación de adultos no, o si están presentes los niños u otras personas, deben llamarse por sus nombres.
3. Poner llave al dormitorio: No es necesario dormir con la puerta cerrada toda la noche. Además, es bueno para sus hijos que sepan que como padres necesitan y merecen tiempo sólo para ustedes, por lo menos, cuando los chicos ya están más grandes.
4. Hacer citas con la pareja: Salir de la rutina y recordar por qué decidieron casarse, tener hijos, el pasado que los une. El salir tiene que ser algo especial y que no sea siempre al mismo lugar.
5. Tener sexo en la mañana: Coloca el despertador 10 minutos más temprano, es una buena manera de empezar el día.
6. Comprase un buen vibrador: Es una liberación personal y egoísta. Especial cuando estás cansada y no quieres rodar en la cama con tu pareja.
7. Juega con los roles de poder en el dormitorio: Sé la jefa en el dormitorio, y al día siguiente que sea él. Pide lo que quieres y necesitas sin decir por favor. Te darás cuenta que esos juegos de poder pueden intercambiarse tan fácil como cambiarse de ropa interior.