Giotto di Bondone, inicia el camino a la pintura moderna sobre todo por dos aspectos. Uno es el análisis del alma humana.
En este cuadro, cada personaje revela su agitación espiritual. La madre afronta su pérdida con fortaleza y dignidad, mientras María Magdalena libera su tristeza y su ternura al acariciar los pies de Cristo.
San Juan reacciona vivamente ante la escena e incluso los ángeles bajan del cielo con gestos de dolor.
El árbol solitario en la colina sugiere el horror de la muerte, pero la luminosidad del azul del cielo devela la certeza de la Ascensión de Jesús.