Modigliani pintaba de memoria. Hacía los bocetos con un modelo pero luego, al enfrentar la tela, sólo pensaba en la línea, en la composición y el color. Su cuadro "Desnudo acostado sobre el lado izquierdo" se caracteriza por su simplificación y deliberado elongamiento del cuerpo y del rostro. Es un suave y delicado estudio de la figura humana, de cuello largo y cara ovalada con ojos almendrados.

Aunque influenciado por una gran variedad de creadores y de movimientos artísticos, a Modigliani le interesaban los retratos, los paisajes del alma, desarrollando un estilo único dentro de la pintura moderna de su época.
Una paleta sobria de ocres, tierras, grises, blancos, azules apagados y negros profundos sobre el cual se destaca sólo el personaje con una mirada triste y melancólica.