La obra "San Sebastián", de Andrea Mantegna, trata el tema del martirio y la crueldad. La figura de San Sebastián fue una de las más representadas durante el Renacimiento, ya que era el que protegía de las epidemias (se estima que la Peste Negra mató a un tercio de la población europea del siglo XIV) y también porque era el único santo que podía ser pintado semidesnudo, convirtiéndolo en una excusa perfecta para representar la anatomía masculina. En el cuadro lo vemos como un hombre joven atado a una columna jónica y sobre un montón de escombros de arquitectura clásica. Su mirada se eleva al cielo en un gesto de dolida resignación, como si estuviera pidiendo clemencia mientras recibe una lluvia de flechas que milagrosamente no acaban con su vida.
En la esquina inferior derecha aparecen los rostros de los verdugos. Más allá, un camino y un bosque que podría ser de olivos, y al fondo estructuras que muestran una torre y tres castillos. La compleja composición del cuadro revela la constante experimentación del pintor en cuanto a la representación del espacio. Usando una perspectiva llamada "di sotto in sui", donde coloca el punto de fuga más abajo del centro horizontal de la obra, logra que el personaje aparezca como mirado desde abajo, produciendo un efecto de monumentalidad en las figuras y majestuosidad arquitectónica en las construcciones. Estas inventivas y originales composiciones tendrán una enorme influencia en la pintura italiana de comienzos del siglo XVI.
.
Andrea Mantegna
Uno de los pintores más importantes del siglo XV en el norte de Italia. Nació en Isola di Cartura (cerca de Padua), Italia, en 1431 y falleció en Mantua el 13 de septiembre de 1506. Sus obras se caracterizan por la recreación anatómica de la figura humana, por un dibujo preciso y por una perspectiva construida con virtuosismo.