En "Vertumnus", Arcimboldo retrata a Rodolfo II de Habsburgo (1552-1612), archiduque de Austria, rey de Hungría y de Bohemia y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. La obra fue encargada por el propio soberano, quien le solicitó un cuadro "caprichoso y divertido". Arcimboldo decidió retratarlo como Vertumno. Este dios de la mitología romana (de origen etrusco), dotado con una capacidad ilimitada de metamorfosis, representaba la abundancia de frutos de la naturaleza en las diversas estaciones del año. Así, usando diferentes elementos, como coliflores, peras, cerezas, espigas y berenjenas, el artista recrea al monarca de una manera distinta e inusual.
Del aparente caos compositivo, Arcimboldo extrae una armoniosa y ordenada creación de gran originalidad y maestría. Una talentosa e imaginativa obra sobre la que los críticos hasta hoy debaten y se preguntan si fue sólo un capricho de su autor o el producto de una mente trastornada.
Finalizada la pintura, ésta fue enviada por Arcimboldo desde Milán a Praga acompañada de un poema del escritor italiano Gregorio Comanini que decía: "Mira la manzana, mira el melocotón, como se me ofrecen en ambas mejillas redondos y llenos de vida. Fíjate en mis ojos de color cereza uno, el otro de color mora. No te dejes engañar, es mi cara".
Es interesante notar que esta manera tan poco convencional de pintar, utilizando frutas y verduras como inspiración, podría verse casi como un adelanto a los surrealistas del siglo XX, que supieron apreciar su valor intrínseco, descubriendo y apreciando su juego visual.
Giuseppe Arcimboldo
Pintor italiano. Nació en Milán en 1527 y falleció
en la misma ciudad en 1593. Trabajó la mayor parte de su vida como
pintor oficial en la corte de los Habsburgo.
Es conocido por su invención
de originales retratos caricaturescos en los que utiliza flores, verduras,
frutas, animales y objetos.