Un Rebelde

A lo largo de su carrera tenística, Marcelo Ríos protagonizó un sinnúmero de incidentes y escándalos que incidieron en su relación de amor y odio, tanto con los medios como con el público. Esto lo hizo merecedor en cinco oportunidades del premio "Limón" otorgado por la prensa tenística internacional.
Los episodios controvertidos fueron varios, muchos fuera y dentro de la cancha.

Entre los primeros se cuentan un altercado, en febrero de 1997, en una discoteque de Viña del Mar y su confusa pelea con su preparador físico Manuel Astorga. La larga relación de amistad entre ambos terminó abruptamente el verano de 2000, cuando el tenista lo atropelló en Puerto Velero, causándole una seria lesión en el pie. El conflicto derivó en una demanda y un acuerdo extrajudicial.

Dos años antes, en 1998, durante el torneo de Stuttgart, Ríos fue multado por conducir a exceso de velocidad y debió pagar una suma de 10 mil dólares. Y, en mayo de 2000, en pleno torneo de Roma, fue detenido por la policía italiana junto a su preparador Carlos Cardemil y Benito Pérez-Barbadillo, funcionario de la ATP. La cosa alcanzó ribete de escándalo por resistirse y golpear a los “carabinieri”.

El hecho que le implicó la mayor censura nacional tuvo lugar en 2000 para los Juegos Olímpicos de Sydney. En esa ocasión se negó a llevar la bandera chilena en el desfile inaugural, luego de que las autoridades no cumplieran con una serie de compromisos.

Otra anécdota ajena al tenis ocurrió el 2003, cuando el “Chino” asistió a una fiesta en La Serena en la que terminó orinando a un universitario; además se le acusó de bañarse desnudo en la piscina del hotel del que fue expulsado y perdió el vuelo que lo llevaba de vuelta a la capital para sumarse al equipo chileno de Copa Davis, que se enfrentaría a Ecuador.

En la declinación de su carrera, ese mismo año, terminó detenido en la comisaría de Providencia, junto a un amigo, luego de ser expulsados del bar “Liguria” por insultar a unos clientes. Las imágenes del “Chino” saliendo de la fiscalía militar donde debió declarar fueron portada de los medios chilenos.

Dentro de la cancha, los episodios bochornosos no son menos. En 1995 fue descalificado del Challenger de Bermudas tras insultar al juez brasileño Carlos Bernardes, lo que valió además una multa. Y se hizo merecedor, nuevamente, de la expulsión el 2000, cuando gritó “fuck you” al juez de silla Tony Simmons, en el torneo de Los Ángeles.



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