" Según relata Oreste Plath, su origen viene de Nápoles (Italia), durante los siglos XVI y XVII, donde se practicaba en las fiestas populares y se conoció con el nombre de cucaña "
ste tradicional juego chileno, mezcla de prácticas europeas y americanas, consiste en tratar de subir un palo enterrado de aproximadamente 20 centímetros de diámetro y de 5 a 6 metros de alto, pero con la dificultad de estar untado en grasa o recubierto con aceite.
El objetivo es subir, resbalándose una y otra vez hasta que uno de los participantes logra atrapar el premio que puede consistir en dinero o alimentos.
En el palo ensebado, la competencia puede tener dos modalidades: una en que el palo esté realmente ensebado, que en su parte superior se encuentre un premio y que no haya restricción de tiempo, y otra en que el palo no esté ensebado y que el competidor tenga disponible un determinado tiempo, lo que lo hace ganador el que llega más arriba.
Según relata Oreste Plath, su origen viene de Nápoles (Italia), durante los siglos XVI y XVII, donde se practicaba en las fiestas populares y se conoció con el nombre de cucaña. Plath narra que en la principal plaza del pueblo se imitaba una montaña que representaba el monte Vesubio.
"Del cráter salían explosiones de salchichones y distintos manjares especialmente macarrones los que, al desprenderse, se cubrían de queso rayado, cubriendo la montaña a manera de cenizas. La gente acudía para apoderarse de aquellos alimentos. Después se sustituyó la montaña por un alto poste desde cuya cima pendían los salchichones, aves, etc" cuenta Plath.