Alrededor de 500 reos se escaparon hace seis días de la prisión de Abu Graid y 120 murieron en el asalto.

Las autoridades iraquíes decretaron "un toque de queda en torno a las dos centros penitenciarios, donde se están llevando a cabo operaciones de búsqueda" de los reclusos.

Said al Shihri era uno de los líderes de la organización en la Península Arábiga, considerada por EE.UU. como la rama más activa y peligrosa del grupo. El sujeto estuvo detenido en Guantánamo.

En un informe el Comité de Inteligencia y Seguridad de la Cámara de los Comunes señala que los grupos radicales representan "la amenaza terrorista más preocupante".

Los sujetos presuntamente captaban yihadistas en España para enviarles a combatir a Siria.

Los dos fallecidos fueron identificados como Saleh Hasan y Saleh Yardan. No se descarta que haya heridos en el bombardeo.

La nacionalidad de los aviones que realizaron los bombardeos no fue identificada, aunque en esa zona es habitual la acción de drones (aviones no tripulados) estadounidenses.

Según el egipcio Naim Nam Abdel Fattah, el fundador de Al Qaeda quiso llevarse a la tumba sus secretos, antes que ser interrogado por Estados Unidos.

En las casas de los sospechosos se encontraron diez kilos de material explosivo, circuitos electrónicos, y dispositivos de memoria que contenían manuales para fabricar bombas y otros artefactos.