Nikka Costa, hijita de papá
La lista de pruebas de que el Festival de Viña da para todo no está completa sin la imagen de una niña de nueve años y con cara de guagua, cantando para la tele y para doce mil personas en vivo sin tener mayor idea de dónde estaba parada. Había una sola razón para eso: era 1982, la menor era hija del director de orquesta Don Costa, quien ese año era parte del jurado y que pensó en lo bonito que sería subir a su pequeña a balbucear con la orquesta de fondo. Décadas más tarde Nikka Costa reaparecía como una popstar internacional, pero para entonces es claro que no pasaba de ser el capricho de papá. Y que en Viña el sistema de esos años era tirar y abrazarse.
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