Bajo la dirección de Paul Thomas Anderson Amy Adams ofrece uno de los papeles más trascendentes de su carrera. Pese a no ser un personaje protagónico, acapara gran parte de la atención de la película interpretando Peggy Dodd, la esposa de un carismático líder espiritual (Philip Seymour Hoffman). Su papel consiste en ser la mujer, esposa y madre perfecta, roles que pueden llevar a convertirla en una persona monstruosa. Los elogios que recibió por esta actuación podrían verse reflejados en la obtención del Oscar por primera vez tras cuatro candidaturas.