MEJOR PELÍCULA
Django sin cadenas
(Django Unchained)
Encadenados de manos y pies y siguiendo a unos guardias en caballo, camina un grupo de esclavos en el Estados Unidos del siglo XIX. No tienen más opción que asumir la humillación y el maltrato que su condición acarrea, pues está avalada por la ley. En medio de la oscuridad irrumpe un carruaje pequeño, conducido por un hombre de baja estatura, acento alemán y sonrisa amplia, quien detiene al grupo para preguntar por un individuo de ese grupo, pues lo quiere comprar. Tras un intercambio de palabras que luego se convierte en discusión y posteriormente en balas y sangre, el dueño del carruaje, el Dr. King Schultz (Christoph Waltz), logra su objetivo: comprar a Django (Jamie Foxx).

Pero la compra no sigue las normas que eran “convencionales” para la época, pues Schultz adquirió al afroamericano para que lo ayude a hallar a tres fugitivos de la justicia. Y es que el médico no ejerce como el dentista que alguna vez fue: ahora es un cazarrecompensas. Por esto, necesita que Django lo ayude a identificar a tres fugitivos que trabajaron como supervisores en uno de los campos en que él sirvió. Esta labor le traerá a Django su libertad y parte de las ganancias que obtenga el alemán.

La dupla funciona bien. Saben cómo hallar a los maleantes y, además, se hicieron amigos. Por esto, Schultz promete a Django que le ayudará a encontrar a su esposa, Broomhilda (Kerry Washington), de quien perdió el rastro cuando ambos fueron vendidos por separado debido aun intento de escape. Tras investigar, se percatan de que la mujer está en poder de uno de los latifundistas más poderosos y crueles de Mississippi, el siútico Calvin Candie (Leonardo DiCaprio). Para rescatarla, tendrán que elaborar un plan complejo y bastante teatral.

Por tercera vez Quentin Tarantino postula a la categoría más importante de los Oscar (tras “Pulp Fiction” y “Bastardos sin gloria”). La nominación se produjo en medio de severas críticas al filme, de parte de algunas personas que lo consideraron bastante violento- como se espera siempre del realizador- y un poco ofensivo a los afroamericanos, pese a que la cinta en todo momento se muestra a favor de los esclavos.