Dos años después del atentado en las Torres Gemelas que acabó con la vida de más de dos mil personas, una agente especial de la CIA, Maya (Jessica Chastain), es enviada a Pakistán para colaborar con la búsqueda del líder de Al Qaeda, Osama bin Laden. Con poco más de veinte años, la funcionaria de la Agencia Central de Inteligencia no tiene una vasta experiencia, pero sí posee el talento y los instintos necesarios para ser parte de la misión.
A su llegada, Maya inmediatamente se percata de la crueldad con que son tratados los prisioneros que fueron aliados de bin Laden. Su compañero, Dan (Jason Clarke), tiene sangre fría a la hora de los interrogatorios, los cuales incluyen tortura psicológica, ahogamiento y denigración sexual.
Pasan los años y la CIA no encuentra nuevos antecedentes que les permitan encontrar al terrorista. No obstante, Maya se percata de que hay un nombre que todos los detenidos conocen y protegen, lo cual significaría que es un sujeto clave en la organización. Convencida de la importancia de este individuo, se obsesiona con él. Para ella, hallar a este hombre es sinónimo de la detención de bin Laden.
La cineasta Kathryn Bigelow y el guionista Mark Boal vuelven a trabajar juntos en este filme a tres años de ganar el Oscar por la cinta bélica “Vivir al límite”. La dupla comenzó a elaborar el proyecto antes de que se abatiese al líder de Al Qaeda en mayo de 2011, por lo que tuvieron que readaptar la historia. El filme ha sido ampliamente elogiado por la crítica, pero también se ha cuestionado la exposición de torturas. La CIA asegura que las imágenes de abusos a los DD.HH. no corresponden a los acontecimientos reales, pero Bigelow ha sido enfática al decir que sí ocurrieron, y que por eso los incluyeron en la película. Supuestamente la directora y el guionista tuvieron acceso a información confidencial de la Agencia Central de Inteligencia, por lo cual el Senado inició una investigación al organismo gubernamental.