MEJOR PELÍCULA EXTRANJERA
No
(Chile)
Un publicista chileno que vivió la mayor parte de su vida exiliado en México se hace cargo de la propaganda de la oposición para el plebiscito de 1988. No tiene ambiciones políticas ni se siente identificado por quienes protestan en contra de Pinochet, pero sí sabe que para vencer al general debe conquistar a los votantes con el concepto de “la alegría ya viene”. Poco a poco se percatará de las diferencias políticas y sociales que existen en el país, y se comprometerá con el triunfo. La película de Pablo Larraín conquistó a la Academia por exponer un acontecimiento histórico de Chile que es desconocido por gran parte del mundo.