En
1985 se presentó por primera vez en Viña del Mar el mexicano
Luis Miguel. Era apenas un púber de 14 años, pero ya se había instalado como la gran apuesta de su sello. Tanto así, que para que el mexicano actuara en el certamen la compañía ofreció gratis al español Dyango, según reveló en los últimos años el entonces director del evento, Sergio Riesenberg. En adelante, no hizo falta ofertas de ese tipo. Todo lo contrario. Fue tal el vuelo que su carrera tomó, que volvió como fenómeno en ediciones siguientes, hasta
1994. Luego, su estatus creció tanto que por 18 años pareció imposible que pudiera volver, hasta que en 2012 CHV decide desembolsar los dólares que costaba su regreso, y traerlo de vuelta.
Una inédita Gaviota de Platino entregada por la alcaldesa, coronó el retorno.