"Mi nombre es Jordan Belfort...soy un ex miembro de la clase media criado por dos contadores en un pequeño departamento en Bayside, Queens. Cuando cumplí 26 ya era el jefe de mi propia firma de inversiones. Hice 49 millones, lo que me molestó porque me faltaron tres millones para hacer un millón por semana". Con estas palabras se presenta el personaje de Leonardo DiCaprio en la última cinta de Martin Scorsese nominada al Oscar.
Se trata de una producción biográfica basada en la historia de Jordan Belfort, un corredor de bolsa que antes de los 30 años había amasado una fortuna tras crear una empresa de inversiones que destinaba más recursos a los bolsillos de su dueño que a los clientes.
La película recorre en casi tres horas los excesos que cometió el empresario. Desde fraudes y falsas inversiones hasta uso de drogas, prostitución e infidelidades marcaron la vida de Belfort en sus años dorados como dueño de la firma Stratton Oakmont. Al igual que en Los buenos muchachos, la cinta es narrada por su protagonista con una locución en off. Allí DiCaprio se luce en su quinta colaboración con el director.
La nominación de El lobo de Wall Street a Mejor Película es parte del pago de una deuda a Scorsese . El cineasta ha sido reconocido como director- ganó esa categoría en 2007 por Los infiltrados- pero esta es sólo su segunda vez como responsable de una aspirante al premio más importante de La Academia. Su candidatura anterior fue en 2012 por La invención de Hugo.