Miércoles 20 de enero de 2016

Rumores de ondas gravitacionales
Esta consecuencia de la teoría de la Relatividad General está haciendo ruido. Un experimento llamado LIGO está tratando de detectarlas directamente.
Por Andrés Jordán
Doctor en Astronomía de la Universidad de Rutgers (EE.UU.), y fue investigador postdoctoral del Observatorio Europeo Austral (Alemania) y del Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics (EE.UU.). Profesor asociado del Instituto de Astrofísica de la Pontificia Universidad Católica de Chile, miembro del Centro de Astro-Ingeniería UC e investigador del Instituto Milenio de Astrofísica y del Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA).

Los rumores tienden a moverse rápidamente, siendo a veces más eficientes que los canales oficiales de comunicación. Los científicos no son ajenos a este fenómeno, y al igual que los rumores legos, no siempre la información que transmiten es fidedigna. Son controversiales, ya que muchos piensan que las falsas expectativas que pueden generar perjudican la imagen de la ciencia. Pero más allá del juicio que uno pueda tener de los rumores científicos, el 2016 abrió con uno de grandes proporciones: el experimento LIGO habría logrado detectar ondas gravitacionales tras 100 años de que se postulara su existencia.


Una de las consecuencias de la teoría de la Relatividad General de Einstein es que ondas gravitacionales se propagan por el espacio en respuesta a ciertos movimientos de masas acelerando. Estas ondas gravitacionales son en muchos sentidos análogas a las ondas electromagnéticas. Pero al contrario de estas, las primeras nunca se han detectado directamente. Hacerlo es el objetivo del experimento LIGO, ubicado en Estados Unidos, que empezó a operar en una versión mejorada (llamada "Advanced LIGO") en septiembre de 2015.


Las ondas electromagnéticas mueven cargas eléctricas. Las gravitacionales afectan masas. Para generar ondas electromagnéticas aceleramos cargas eléctricas, mientras que para generar ondas gravitacionales es necesario mover masas. Por ejemplo, dos objetos que orbitan uno a otro las generan, y mientras más masivos los objetos, más fuertes las ondas. Una vez generadas, estas ondas se propagan y sus efectos pueden ser medidos, en principio, por los efectos inducidos sobre otras masas lejos de la fuente que las originó.


Las ondas gravitacionales más potentes son producidas por fenómenos astrofísicos catastróficos, tales como dos agujeros negros que se fusionan en uno, el colapso del núcleo de una estrella al final de su vida (una supernova), o la rotación de estrellas de neutrones que no son perfectamente esféricas. A pesar de que su origen es violento, cuando las ondas gravitacionales llegan a la Tierra se espera que sus efectos sean diminutos. De hecho, ¡diminutísimos! El movimiento esperado de una masa en respuesta a la onda gravitacional generada por una fusión de dos agujeros negros, por ejemplo, es miles de veces más pequeño que el tamaño de un átomo. Aún así, el patrón de este movimiento es muy particular, por lo que puede ser usado para tratar de detectarlas.

Aunque la existencia de ondas gravitacionales se ha inferido indirectamente, una detección directa de LIGO se convertiría en uno de los grandes resultados experimentales del siglo

Si una onda gravitacional le diera de lleno a una persona, esta afectaría su altura y su ancho de maneras opuestas. Se alternaría el efecto de hacerla simultáneamente más alta y delgada, seguido por hacerla más baja y gruesa. Y este efecto es justamente lo que usa LIGO para tratar de detectar las ondas gravitacionales. En este caso, las personas son dos túneles perpendiculares, de cuatro kilómetros cada uno. Mediante una técnica llamada interferometría, se mide el largo de estos túneles con una precisión equivalente a una parte en 10 mil del tamaño de un protón, algo realmente impresionante. Una onda gravitacional hará que uno de los túneles se alargue, y el otro se achique, al mismo tiempo, alternándose el efecto.


Aunque la existencia de ondas gravitacionales se ha inferido indirectamente, una detección directa de LIGO se convertiría en uno de los grandes resultados experimentales del siglo. Y entonces nos veríamos enfrentados a nuevos rumores, esta vez de los eventuales ganadores del premio Nobel. Pero, de momento, seguimos esperando elucidar si el rumor que circula será eventualmente confirmado con el anuncio de un resultado oficial de LIGO, o si es una falsa alarma más.


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