Cristina Sánchez – Residente de Caleta Pan de Azúcar hace seis años
Mi pareja es buzo y yo trabajo en los restoranes. Yo estaba aquí cuando pasó. Era un ruido espantoso. Ese día llegamos aquí a las dos de la tarde, arrancando de Chañaral y nos dormimos pensando que nada iba a pasar. Y de repente empezaron los ruidos y mucha gente empezó a gritar por los botes, pero no se podía hacer mucho, porque eran olas inmensas que se juntaban con las del río. Y al levantar las aguas, se cortaron las amarras de los botes y ahí se perdieron. Fueron como seis botes que se hicieron tira, desaparecieron. Y cuatro que perdieron los motores. El único que salió completo fue el de paseo, el Pan de Azúcar, hasta el mar le tiene miedo al Carrasco, que le salió completito el bote.
Nosotros vivimos de esto, no tenemos pega en otro lado. A esta altura uno no quiere grandes lujos, uno quiere tener para vivir, pagar sus cuentas, no quiero plata para un auto o un yate. Sólo queremos una vida tranquila, como era antes, que no ganábamos millones, pero si daba para estar tranquilo. Ahora la gente tiene que rebuscárselas por sus propios medios. Mi marido, por ejemplo, está cesante. A veces uno quisiera cerrar los ojos y despertar en la mañana y que estuviera todo como estaba antes, tanto aquí como en Chañaral. Pero no se puede, no es así, pasó.
Manuel Carrasco - Presidente del sindicato Caleta Pan de Azúcar - 20 años viviendo ahí
La varazón de los botes empezó tipo 10 de la noche, cuando la luz es nula. Y la gente que estaba aquí en la caleta, tuvo la mala ocurrencia de pedir ayuda a Conaf. Lo único que se pidió es que bajaran la camioneta y alumbraran hacia la playa para poder rescatar los botes que se podían salvar, pero no bajaron, no vinieron, no prestaron ayuda. Se pudieron haber salvado cuatro botes más, pero no se pudo porque no había luz. No vino y te lo doy firmado: dijo que tenía combustible solamente para ir a Chañaral y volver.
Históricamente ha habido muchos conflictos entre lo que es la Caleta y lo que es Parque. En un momento intentamos unirnos para solucionar las cosas. Nos hemos ido compenetrando con algunos guardaparques y hemos logrado algunas alianzas: en algún momento invitaron a gente de la caleta a hacer censos de guanacos, a conocer la flora y fauna y a la vez especializarse como guías turísticos y muchos lo hicieron. Pero hoy en día esto se perdió, porque resulta que el nuevo administrador, José Luis Gutiérrez, no quiere nada con la gente de la caleta. Imagínate que sin haber hecho ni un balance de lo que ocurrió aquí, a este tipo se le ocurrió decir que el parque estaba cerrado por un año para uso público. Hay una caleta dentro del parque y si tú ves esa información no vas a venir. ¿Y de qué vamos a vivir? Ellos no miden las consecuencias de sus palabras.
Dentro del parque hay una jauría de perros salvajes, perros que los mismos turistas sueltan y esos se han ido masificando, cosa que es responsabilidad de Conaf. Ellos viven dentro del parque y en la noche buscan basura. Nuestros perros, que son dos o tres, empiezan a ladrar, y ahí nos damos cuenta que llegan los otros perros, botan los tambores de basura y se arrancan con bolsas. Qué es lo que hace Gutiérrez: llega a las seis de la mañana, se tira al piso con una máquina fotográfica y se pone en tal ángulo que salga la caleta detrás del tambor, y está haciendo un registro de esto. Es un hostigamiento permanente. Tenís cuarenta y cuatro mil hectáreas, le digo yo, y me venís a hueviar a mí. Anda a cuidar los cerros y animales, no a hueviar a los pescadores.
Alfonso Sepúlveda – Guardaparque en Pan de Azúcar hace 18 años
La fauna se va a ver beneficiada tarde o temprano por estas lluvias, porque con esto los animales expanden su zona de ramoneo, porque como hay lluvias todas las praderas empiezan a enverdecer. Los zorros también se ven beneficiados porque hay mayor cantidad de roedores, lagartos y comida en general. Eso sí, hay cosas que nos afectan como el mineral de Carrizalillo, y cuando ocurrió la lluvia sus deshechos vinieron a dar al parque, entonces hay porcentajes de contaminación minera aquí y son ecosistemas frágiles. Tendremos que hacer los estudios pertinentes para intentar minimizar al máximo los daños.
La relación entre la Caleta y Conaf, como persona es buena, como institución, digamos que no es de las mejores, hay conflictos de interés. Ellos tienen su propia visión y nosotros para ellos somos el servicio impuesto a la fuerza, que no les gusta mucho. Ellos tienen más visión de turismo, nosotros más de conservación, así que a raíz de eso, institucionalmente las relaciones no son las mejores. Como persona, yo trato con todos, conversamos como personas, no tenemos roces personales.
Elsa Ayala – Dueña de un restorán en la Caleta Pan de Azúcar
Si no arreglan los caminos que se perdieron por el agua vamos a salir muy perjudicados, porque la gente que viaja hacia al sur o el norte, ingresaba por esos caminos, hacía la parada para conocer, comía algo y seguía su viaje. Sin ese camino nadie va a venir. Porque además al entrar por Chañaral la Conaf les va a cobrar entradas, aunque solo vengan a comer acá y no a pasear arriba. Además ese es un tema de vialidad, ellos no son dueños de los caminos.
En el verano hay muchos reclamos contra la Conaf, porque están encima de la gente, pero igual eso es bueno. En Flamenco y en todas las otras playas que están con el chañaralino existe mucha droga, mucho trago, marihuana, el clandestino total. En cambio aquí no, porque aquí tienes que llegar un camping con la idea de que, por ejemplo, si son cuatro personas van a tener que pagar 20 mil pesos y traer todas sus cosas. Tienes que pagar la entrada además, entonces no entra cualquiera. Más encima si quieres caminar a las lomitas o al mirador te tienes que anotar en la oficina de Conaf y si a una hora no llegas, te salen a buscar, entonces igual que Conaf esté aquí es bueno.
José Luis Gutiérrez – Administrador del Parque Nacional Pan de Azúcar hace menos de un año
El acceso norte al parque todavía no está habilitado y la intención de nosotros es que se mantenga la quebrada que se generó con el aluvión para hacer estudios de repoblación vegetacional. Como actualmente el camino no existe hay que hacer un proyecto totalmente nuevo, entonces al menos se tiene que realizar un estudio de impacto ambiental. La opción final se está evaluando en una mesa de trabajo entre la Conaf y el MOP, donde se ven además alternativas de conectividad que no perjudiquen a nadie. Pero el hecho de que la ausencia de estos caminos afecten al turismo de la caleta es bastante relativo. Yo te puedo comentar que más del 90% de las personas que visita el parque lo hace por el acceso sur y eso está registrado en nuestros controles. Los que ingresan por el otro lado, al menos en verano cuando tenemos gente controlando, no son significativos.
Se nos acusa de no prestar ayuda el día del aluvión, pero tienes que tener en cuenta que había un aviso de lluvia con una semana de anticipación y había la posibilidad de atracar los botes en otro lado el día anterior. Además, a esa hora las acciones son muy peligrosas y no tenemos las capacidades técnicas para hacer un rescate de botes en la noche. En ese momento actuamos con la conciencia de que los recursos que teníamos eran acotados y no teníamos conocimiento de lo que iba a pasar las próximas horas, por eso se decidió no mover la camioneta en ese minuto.
Encuentro que a uno lo acusan por hacer mi trabajo y eso no corresponde. Mi labor es el cuidado del parque. Se tienen que mantener el orden y el lugar. Yo hablo primero con ellos, pero si le saco fotos a la basura es para tener respaldo de lo que se dice en los informes que estamos generando. No se trata de un hostigamiento hacia la Caleta, nosotros actuamos igual con todas las concesiones que hay dentro del parque. Hay que saber separar lo personal y lo profesional. A mí me dan una labor y tengo que cumplirla, si yo dejo pasar la basura o los perros o cualquier cosa que está dentro de mi labor estaría incumpliendo a mis deberes. Al final uno piensa que el parque tiene 30 años conviviendo con la Caleta. Los parques no se piensan a corto plazo, estamos pensando en dejar un legado generacional. Uno no puede estar por detalles del día día ensuciando todo lo que se realiza.
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Caminar por Santiago. Recorrer la Alameda entera e inmiscuirse en cada una de las calles que la cruzan. Visitar a pie las comunas de Puente Alto, Colina y Peñaflor. Terminar y darse cuenta que completaste una travesía de 70 mil hectáreas que conforman la capital de Chile.
#Parques2015 es algo así, pero 128 veces más grande. Los edificios y el cemento cambiarán por más de 9 millones de hectáreas conformadas por alerces milenarios, lagunas vírgenes, áridos desiertos, glaciares en peligro, pumas e historias desconocidas hasta ahora.
Serán cinco meses de recorrido por los 36 Parques Nacionales del país. Un viaje que contempla 12 mil kilómetros de trayecto por tierra, además de otros ocho mil kilómetros por mar y cielo.