Brownfield y los desafíos para su sucesor, Craig Nelly

-¿Cuáles fueron las metas que tenía al llegar a Chile, hace dos años y medio?
Mis instrucciones se dividían en cuatro categorías: el área política, que básicamente fue de colaboración con organizaciones internacionales y que incidentalmente es algo muy distinto a las instrucciones de embajadores a otros países de América Latina, donde hay que invocar o concentrarse en derechos humanos o en la estabilidad constitucional o la importancia de elecciones democráticas. Aquello no es parte del diálogo bilateral de Estados Unidos con Chile.

El área económica, que básicamente fue el TLC y después de eso colaboración en el ALCA y en la Organización Mundial de Comercio. El área de aplicación de la ley, que básicamente quería decir narcotráfico y terrorismo, y finalmente el área de seguridad y el consejo, donde la tarea fue establecer relaciones ocasionales entre las FF.AA. que podrían eventualmente producir actividades conjuntas en una operación internacional de Paz, como sucedió hace cinco meses en Haití.

-¿Qué le quedó pendiente?
Diría que hemos progresado bastante en relaciones y colaboración en organizaciones internacionales, pero creo que hay espacio para mejorar aún más en eso, no sólo en el Consejo de Seguridad de la ONU, sino también en muchas de las suborganizaciones de la ONU o en la OEA. Creo que esa es un área en que mi sucesor, el embajador Nelly, va a tener oportunidades durante los años que vienen.

Creo que en el área económica y comercial, aún tenemos que concretizar la realidad del TLC. Hemos pasado los primeros seis meses en que todo el mundo está probando un poquito cuáles son las oportunidades que tenemos en este momento. Sin duda, es totalmente natural y lógico que después de uno o dos años, habrá momentos en que empresarios chilenos y norteamericanos decidan que no están contentos con su posición y vamos a tener que usar por primera vez el capítulo de resolución de controversias entre Chile y EE.UU., bajo el TLC. Esa es una oportunidad y un desafío para mi sucesor.

Colaboración en las negociaciones para el ALCA y en las negociaciones normales de la OMC, es sin duda un área de oportunidad. En el tema educacional, una de las ideas más interesantes del gobierno de Chile es hacer de Chile un país más bilingüe, y por razones bastante obvias nosotros podemos participar como socios, si la idea es de ser más bilingüe en términos del inglés.

Colaboración en narcotráfico. Mi pronóstico es que -y no tiene nada que ver con Chile- en los años que vienen la droga ilícita va a aumentar como un problema acá en Chile por razones geográficas, porque Chile tiene vecinos donde hay producción de droga ilícita. Creo que es un área en que nuestros dos gobiernos, servicios policiales y autoridades judiciales, pueden colaborar aún más en el interés nacional de Chile y de EE.UU. y de la región. En otras palabras, queda mucho que hacer.

-¿Y sus logros más importantes?
Diría que fueron quizás la decisión de participación conjunta de Chile y Estados Unidos, con Canadá y Francia, en una intervención para producir seguridad y paz en la República de Haití.

Otro logro fue la decisión, no solamente la negociación, la ratificación e implementación del TLC entre Chile y EE.UU. El hecho de que en los últimos seis meses el comercio bilateral entre ambos países haya crecido casi un 20 por ciento es un logro tremendo por parte de ambos países.

Creo que hemos tenido varios logros en el norte de Chile contra la droga ilícita, en que gracias a la colaboración e información entre Chile y EE.UU. y otros países, hemos desarmado varias operaciones de traficantes en el norte.

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