“El mercado es tonto”

Raúl Alcaíno cuando habla ya se ve en el cargo. Tiene un gran sueño para Santiago: crear un colegio de alto nivel en que dos mil jóvenes pobres tengan la mejor educación. Además quiere que el sello de su gestión sea más urbanística, que mejore la calidad de vida y el futuro de los santiaguinos.

-Si usted fuera alcalde, ¿cómo se resuelve una toma como la de Peñalolén?
-Es un problema complejo. Creo que muchas cosas se resolverían en este país si se aplicara la ley.

-¿Cree que faltó mano dura?
-Creo que faltó mano dura al principio y, después, me parece bien lo que hizo el ministro Ravinet, de cambiar un seccional, cosa que no se hace habitualmente -le dobla un poco la mano al desarrollo de la ciudad- y le da solución a un problema que por lo demás heredó.

-¿Cree que hubo trato preferencial a los pobladores?
-Creo que se sienta un precedente que no es bueno.

-A propósito de Peñalolén, ¿prefiere comunas unicolor o mezcladas socialmente?
-Ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario. Creo que hay que darle libertad a la gente para que se vaya. No me gustan esas ubicaciones a dedo: ustedes se van a venir para acá y ustedes a este otro lado. Eso no me gusta. Me gusta que ejerza sus libertades individuales.

Pero eso es difícil cuando en La Dehesa hay casas de...
-Un millón de dólares -interrumpe- y un señor que gana 800 mil pesos no se pueda comprar una casa en La Dehesa. No -reafirma-, no se puede comprar la casa en La Dehesa. El señor que tiene el millón de dólares tiene todo el derecho de comprarse la casa que está en venta.

-No digo que no tenga el derecho, pero cuando dice que es el mercado el que define los componentes poblacionales...
-No, porque tú puedes de alguna manera arrear el mercado. ¡Si el mercado es tonto! El mercado no es otra cosa que la voluntad sumada de todas las personas. Eso es el mercado.

El asunto Haití

-De ganar la alcaldía, las tropas de paz chilenas todavía estarán en Haití. ¿Llevaría ayuda humanitaria a Haití?
-No, porque necesitamos mucha plata en Santiago.

-Significa que no está de acuerdo con el viaje de Lavín.
-No. Yo estoy de acuerdo con el viaje, pero ese es él. Yo tengo otros énfasis.

-¿Autoriza o rechaza el envío de carabineros a Haití?
-Lo rechazaría absolutamente. Chile está viviendo un problema de seguridad ciudadana creciente y está demostrado que a mayor número de carabineros menor el número de comercio ambulante y de delincuencia en la zona que patrullan. Hay gente que cree que 36 carabineros es un número menor y no es así, es muy significativo. Además es una señal muy mala.

-En varias materias ha dicho que prefiere la opinión de su comando, de los expertos. Y aquí el principal experto de carabineros, entiendo el general director, dice que no va a afectar el desarrollo de las funciones en Chile.
-No estoy de acuerdo con él. En las cosas que yo no entiendo nada me dejo llevar por los expertos, pero en las que tengo cierto conocimiento y he estudiado los informes y las estadísticas, tengo una opinión, y es distinta a la del carabinero.

-¿Es una opinión más política que técnica?
-Con 36 carabineros nosotros resolvemos el problema del comercio ambulante en el centro de Santiago.

-Pero estamos hablando de oficiales, que no son los que andan patrullando.
-Bueno que manden 36 carabineros para allá y que nos pasen otros 36 para acá. ¡Sí, la señal es mala! Nosotros necesitamos muchos carabineros.

 

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