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El
primer monólogo creado por Jan Fabre, Ella era, ella es, tal cual
, se basa en una obra del pintor Marcel Duchamp . En ella vemos a una
novia poco común, desfachatada, que fuma pipa fundada en un albo
vestido y que se desliza por un suelo como vitrificado que nos entrega
una visión de ella y su reflejo. |
El
leitmotiv de esta obra se centra en el sentimiento de expresar el deseo
de gustar, de pasar del deseo al acto y de repetir el acto como una máquina
de amor. Lo hace en una prosa narrativa, casi lírica, es un poema
de amor. Ella quiere multiplicar al infinito la embriaguez de los sentidos
al creerse santa y máquina erótica. Su discurso acumula
paradojas: es explotada o quiere serlo?, talvez lo que busca es disciplinar
su cuerpo y su espíritu para logar un mecánica.
El
sonido de esta pieza es tan fundamental como curioso.
Luego
se presenta Dadas que , donde Jan Fabre también se inspiró
en el último cuadro de Marcel Duchamp . Se trata de una decrépita
puerta de madera, con dos pequeños agujeros por los cuales se puede
ver otra imagen. Y esta imagen es la que representa la actriz, quien divaga
entre dos planos, por una parte, sus ilusiones llenas de encanto y poder;
y por otra, su sexo le recuerda el bajo-mundo, los deseos sexuales, las
pulsaciones que son el motor oculto de las acciones y los pensamientos
del mundo. Se desarrolla un discurso entre la figura femenina y la vagina,
que representa una “segunda voz” que nombra todo lo que la
mujer no dice, pero que quizás piensa.
Las
obras de Jan Fabre, nos hablan de la esencia del voyerismo, el que observa
y el observado, el placer de mirar algo que no está permitido;
el espectador ve algo que no esperaba ver, pero que continúa mirando,
bordea el asombro y la excitación. Fabre nos provoca, nos mueve
y nos hace reflexionar. Nada es como se ve... hay un millón de
realidades. |