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  EL HOMOSEXUAL O LA DIFICULTAD DE EXPRESARSE (Dir.Diego Bustos)
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El estreno en Chile de "El homosexual o la dificultad de expresarse" da la impresión de ser un esfuerzo serio por reincidir en la insolencia subversiva del autor de "Eva Perón", el argentino-francés Raúl Damonte Botana, Copi (muerto de sida en 1987, a los 48 años). Pero aunque la puesta, bien armada, se deja ver con bastante interés, revela finalmente la impericia de su joven director debutante, que logra extraer sólo parte de los alcances y potencialidades teatrales de un texto muy complejo.

Escrita en 1971, es una obra inclasificable que rompe todos los límites, una suerte de farsa transgresora y delirante que avanza con la lógica de una pesadilla divertida. Presenta un singular triángulo pasional -una madre, su supuesta hija y la profesora de piano de ésta- en un campo de concentración en Siberia. Aquí impera la confusión de género: nunca sabremos si las tres son hombres que cambiaron de sexo, o mujeres transexuales. La ambigüedad se extiende a los dos militares que intervienen.

Fantasioso y extravagante, el histriónico simulacro se juega como una virulenta parodia al melodrama de bulevar; sorprende con recursos de inusitada violencia y giros granguiñolescos, mientras entrecruza diálogos insidiosos, obscenidades, alusiones cinematográficas y literarias. Es una broma cruel y terrible sobre una identidad sexual que no sabe ni puede autodefinirse de manera absoluta.

Hay un sólido desempeño del elenco, sobresaliendo el talentoso Héctor Morales ("Prat") como la Madre; el uso del espacio, el vestuario y la música son atractivos. Pero Diego Bustos, que dirige, tiende a olvidar que Copi, aún en su modo tan militante, rabioso y agresivo, es un humorista. El enfoque sin maduración, el predominante ánimo grave y denso, hacen que la versión provea sólo a ratos el requerido estilo grotesco, que funde la tragedia y lo ridículo. Así no resulta tan reidera y pavorosa como debería; los rasgos oníricos y poéticos también son flojos.

Por Pedro Labra Herrera