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  EN LA SANGRE (Dir.Carlos Osorio)
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Estreno importante, sin duda. "En la sangre" es una obra de la más celebrada dramaturga afroamericana hoy día, la desconocida aquí Suzan-Lori Parks, en un solvente montaje iluminado sobre todo por la magnífica actuación de Paulina García en el poderoso rol protagónico.

Aún así se puede objetar la sensibilidad algo gruesa y reiterativa de la propuesta. Pronto deja en claro que denuncia la feroz indiferencia de la sociedad ante la miseria extrema que anida, pero sigue exhibiendo con fruición cómo el sistema degrada y martiriza a quienes viven en sus márgenes, hasta llegar a las dos horas de espectáculo.

Arquetipo de madre

Eje absoluto es Hester, una madre soltera analfabeta que vive bajo un puente con sus hijos de distinto padre; su arrolladora necesidad de amar la rescata del envilecimiento. Por eso se entregó a cada hombre que se fijó en ella, y se quita el pan de la boca para alimentar a sus polluelos. Arquetipo de la madre, es heroína y víctima a la vez; sobrevive entre desechos, pero igual lucha abnegada y obstinadamente por remedar con los suyos lo poco que les queda de un hogar y una familia "normal".

Los actores que encarnan los cinco hijos hacen también de sus respectivos padres, que confiesan al público sus motivos, y representan además a diversas instancias de auxilio al indigente: el médico, el predicador, la asistente social. Por turno traicionan a Hester en sus anhelos de ayuda y hacen lo posible por vejarla y abusar de ella aún más. La atmósfera del relato se hunde progresivamente en el desaliento y la sordidez.

Puede que la impresión general de tremebundez se deba a que el texto tenga una naturaleza más alegórica, distinta al descarnado naturalismo que le impone el director Carlos Osorio ("Jesús se subió al metro"). Otro factor que incide en lo mismo es que los personajes secundarios están trabajados de modo lineal y sin matices, como si se les condenara "a priori".