Su
protagonista es una mujer que, como no puede pensar ni recordar, sueña.
¿Y qué es lo más importante en nuestros sueños,
cuando nos morimos? Los momentos de comunión que conocimos con
seres, jardines y dioses... es decir, el amor.
Esta
obra es una mirada tierna y sutil sobre la vejez que se obtiene estirando
la tensión entre comedia y tragedia al máximo siendo causa
de risa, como de lágrimas.
Dulcinea
Langfelder nos envuelve con el espíritu cómico de Chaplin,
de Burns y Allen, Laurel y Hardy dándole un nuevo enfoque, original
y contemporáneo, utilizando con audacia la tecnología al
mismo tiempo que varias disciplinas artísticas. |