“La
muerte ha sido para mí algo muy cercano”
La Segunda, 25 de agosto de 2004
Por MIGUEL ORTIZ A.
A
pocas horas de salir de una de las batallas que ya se le han vuelto
habituales - sus largas sesiones de quimioterapia- , Gladys Marín
se ve frágil, pero intenta mostrarse firme. Y es que la presidenta
y rostro número uno del comunismo nacional, aún en uno
de los momentos más duros de su vida, no abandona su lenguaje
de eterna luchadora: dice estar "lista para enfrentar a otro periodista
más". Pero lo hace, como siempre, con un dejo de coquetería.
Asegura que sigue trabajando. Ya sea en Chile, donde está metida
de lleno en la campaña municipal o en La Habana, donde lejos
de olvidar los avatares políticos, monitorea su partido y se
mantiene en permanente contacto "para aportar con nuevas ideas
y estar al tanto de lo que pasa con mi gente".
Llegó a nuestro país hace una semana y ya está
haciendo las maletas para regresar a Cuba este sábado. No podrá,
a pesar suyo, asistir al acto de proclamación que "PODEMOS"
la coalición de izquierda que agrupa a comunistas y humanistas
tiene programado para la mañana del domingo. Es que debe estar
de vuelta en la isla para continuar con el tratamiento que, desde hace
casi un año, sigue religiosamente tras la operación en
que le extirparon un tumor cerebral de tres centímetros de diámetro
y que tanto a partidarios como detractores no dejó de conmover.
Asegura estar "requete bien ". Optimista, promete que "habrá
Gladys para rato"... Ello, a pesar de que sin siquiera preguntarle,
pone sobre la mesa sus reflexiones sobre la vida y la muerte, sobre
la suerte que correrá su querido PC cuando ella ya no esté
y - cómo no- de aquel nombre que ha cruzado su existencia: Augusto
Pinochet.
- Hay fuertes rumores de que su salud ha empeorado, ¿Cuál
es el diagnóstico que le dan los médicos?
- Yo me siento re bien, pero tengo que tomar muchas precauciones. Hace
rato que los médicos dicen que dejé de tener el tumor
que apareció de repente en mi vida y que me estoy recuperando.
Cuando me preparaba para regresar a Chile, llegó a La Habana
Inti Peredo (médico que la operó) y pidió que me
quedara algunos días para participar en una serie de exámenes
evaluatorios en conjunto con los médicos cubanos - que son maravillosos-
y así poder venir a Chile por un tiempo más largo. Mi
estado de ánimo es muy bueno, soy optimista y todo marcha como
para decir que hay Gladys para rato, aunque haya que dosificarla.
"No es fácil vivir alrededor de los hospitales"
- ¿Cómo compatibiliza su enfermedad con el activismo político
que siempre la ha caracterizado?
- No es fácil vivir alrededor de los hospitales y de los médicos.
Sin embargo esto no es otra cosa que la dialéctica de la vida
que se mueve constantemente. Ha sido un proceso difícil, duro,
pero eso mismo me reafirma las ganas de vivir, de luchar. Que mi vida
se haya movido en esta dirección no significa que me aleje de
lo que soy y seré hasta el último día: una enterna
inconforme con las injusticias.
- Pero su enfermedad en cierta forma la invalida... ¿Siente impotencia?
- Sigo siendo muy activa ¡Pero de otra manera! He debido acostumbrarme
a otras rutinas, aunque echo de menos el contacto con la gente. Pero
poco a poco se abren otras experiencias humanas, también ricas
e intensas. Me encantaría poder hacer más en la campaña
y vamos a buscar algún modo novedoso para que yo aporte con mi
sello propio.
- ¿Cómo es su vida en La Habana?
- (Suspira) Hay muchas cosas que me embargan, tengo siempre la mirada
dirigida hacia Chile. Yo tuve una vida muy abierta, de desorden, de
choclones, de grupos grandes... Una vida de hacer todas las cosas malas
que había que hacer, pero en en el buen sentido.
En Cuba, que es un país muy bello, suelo recibir a la gente que
desea verme, escribo, leo y tengo mis sesiones con los médicos.
- Ud. es atea. ¿La cercanía con la muerte le ha hecho
meditar?
- He tenido una vida de bastantes riesgos y mi experiencia con la muerte
es como la de muchos luchadores que han expuesto sus vidas por los ideales.
La muerte ha sido para mí algo cercano, muy cercano. Respeto
mucho las creencias sobre otras vidas, pero yo no tengo creencias religiosas.
¡Hay un dios sin la necesidad de que haya un Dios! Los seres humanos
necesitan de una vida amplia, generosa... Eso es belleza, grandiosidad,
saber que hay otros seres mucho más grandes que uno. No hay necesidad
de una religión para tener una creencia.
- En su reflexión, ¿ha examinado lo que ha sido su vida?
¿Se arrepiente de algunas cosas?
- Sin hacerme la linda puedo decir que uno siempre se examina. El mayor
desafío es tener conciencia de los demás, de la pobreza,
de lo que sufren los niños. Y sí, me arrepiento de muchas
cosas... ¡Lógico! Me gustaría ser más crítica,
haberme exigido mucho más. Hoy tengo una nueva forma de ver la
vida.
- Esa nueva óptica con que ve la vida ¿le permite ver
también con otros ojos a quienes han sido sus principales rivales?
- ¿A quién?
- A Augusto Pinochet por ejemplo...
- No. Con él no hay ningún punto de comparación,
él no tiene perdón de Dios. Yo seguiré persiguiendo
el castigo para él.
"El PC no está muriendo"
- ¿Qué va a ser del PC? Hay quienes piensan que poco a
poco desaparecerá cuando Ud. ya no esté...
- Quienes dicen eso no conocen al Partido Comunista. Esas son afirmaciones
negativas y odiosas porque el PC está creciendo, sigue adelante,
aunque por momentos sea lento. El PC tiene siglos, la gente nos tiene
respeto y nuestra existencia es vital. Estamos trabajando en la construcción
de una alternativa antineoliberal amplia. Un partido que tiene una vida
así, no está muriendo.
- ¿Se proyecta a futuro?
- Siempre... Mi proyección tiene que ver con la necesidad de
un mundo diferente, realmente democrático, en paz, solidario.
Mi proyección está en la utopía.
- Su figura será clave en la campaña. ¿Se sacará
provecho a la adhesión que genera su estado de salud?
- ¿A la pobrecita hay que premiarla? No, no... esta pobrecita
está bien, está requetecontra bien, y me voy a poner mejor
todavía. En la campaña la clave no es mi figura sino el
mensaje. Mi enfermedad no se puede considerar como algo para sacar provecho.
- Gladys, ¿cómo le gustaría ser recordada?
- Como una flor que hizo una vida sencilla, que se sintió siempre
muy joven. Una mujer de vida alegre, contenta, bulliciosa.
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