“Mi
obsesión hoy no es Pinochet”
Reportajes,
3 de diciembre de 2000
Por LUZ MARIA ASTORGA.
Gladys
Marín está trabajando al largo plazo. No le queda otra:
ve muy cercano un próximo gobierno de derecha. Sí, a la
secretaria general del Partido Comunista no le vienen con cuentos. Está
viendo como, desde la propia Concertación, algunos ya comulgan
con esta idea - primero de alternancia entre ellos y luego con los demás-
, e incluso comienzan a reconocer que 16 años pueden ser suficientes.
Ella se irrita, pero no ceja. Todo lo contrario. Es como si, sabiendo
que la sociedad que sueña está lejana, le dieran más
ganas de trabajar por ella, de remecer a la gente, de convertirla en ciudadanos
conscientes de todos sus derechos. "Sí, mi obsesión
hoy no es Pinochet como algunos creen, mi obsesión es una sociedad
distinta, democrática, con verdad, igualdad y justicia, donde los
derechos humanos constituyan un tema fundamental".
Y, día a día, al convertir ese objetivo en afán,
Gladys trabaja y trabaja para organizar a los chilenos, "para que,
a través de sus organizaciones naturales legítimas, sepan
expresar el descontento, para que se puedan ejercer deberes y derechos...
Se trata de politizar al movimiento social en todos los planos".
Los dirigentes, reconoce, serán los encargados de ver cómo
se manifiesta todo esto, un proceso que por lo demás viven varios
países de América Latina.
Cita a Perú como ejemplo, porque ahí fueron necesarias muestras
muy fuertes de rechazo para "sacar a ese títere que tenían
como dictador".
La suya es una labor larga, incierta como cheque a 90 días en tiempos
recesivos, que no excluye la "violencia", aunque para Gladys,
"lo realmente violento no es una manifestación callejera ni
una huelga, sino el sistema binominal que obliga a pensar todo en dos
ejes, y el modelo neoliberal que genera tanta desigualdad".
En su afán, no está sola. Al menos, no se siente sola. Viene
llegando de Estados Unidos, donde asistió a un encuentro organizado
por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para analizar el tema
de la mujer en América. Fueron ministras, cancilleres y dirigentas.
Gladys se subió al estrado dos veces, por siete minutos, y expuso
lo que reconoce como fuerte crítica incluso al BID, que la había
invitado con gastos pagados.
"Reclamamos al BID más realismo, más independencia,
más sensibilidad, más humanismo", dijo en el estrado,
refiriéndose a que, hoy por hoy, los resultados del modelo neoliberal
son: aumento de las desigualdades, beneficios del crecimiento sólo
para unos pocos, aceleramiento de la explotación de recursos naturales,
desempleo alto, medio ambiente más deteriorada, economías
vulnerables... En Chile y en otras naciones, se entiende.
Gladys apuntó al corazón del BID: "Todos sabemos que
el Banco Interamericano, al igual que el Fondo Monetario Internacional,
el Banco Mundial, la Organización Mundial de Comercio y otras instituciones,
padecen la misma fiebre por el neoliberalismo. Con todo, sus funcionarios
no pueden olvidar su responsabilidad para con los pueblos hacia los cuales
van dirigidas sus propuestas. Lo menos que aquí se puede pedir
es que traten de ser más objetivos, que se mezclen con la gente
común y corriente, ausculten sus necesidades tal como ellos las
sufren, consulten a las organizaciones que los pobres y humildes han creado".
No se sabe qué pensó el BID, ni si habrá otra invitación
para Gladys, pero ella sí tiene claro que la mayoría de
las mujeres que estaban ahí, "con matices, pensaba lo mismo".
Fue como una inyección de adrenalina para la secretaria general
del PC, la llenó de energía. "La ola viene de vuelta",
asegura, refiriéndose al malestar mundial que advierte contra los
efectos del modelo económico.
-¿De qué cambio habla?
-La ola viene de vuelta, pero probablemente en el corto plazo lo que traiga
sea un gobierno de derecha para Chile, eso también es cierto, pero
a ella no la amilana. Forma parte de los procesos históricos, asunto
que poco o nada tienen que ver con los cambios de gobierno. En esa línea
interpreta también el reciente paro de los trabajadores del sistema
público, a quienes les aplaude la decisión de formar una
coordinadora para actuar juntos. De eso se trata, dice, porque la idea
es hacerse escuchar, ir hacia la democratización social, como la
que propone su partido:
- Este modelo no sirve para los seres humanos, sólo para unos pocos,
por eso es necesario construir una alternativa. Y será sobre la
base de una sociedad democrática en todos los planos, que permita
una real participación, y que no imponga un binominalismo, copia
de EE.UU., que no sólo se da en lo político sino también
en lo cultural. Es como si la gente tuviera que moverse siempre entre
dos polos, reduciendo su pensamiento.
- ¿Será capaz el Partido Comunista de crear una alternativa
válida? ¿Qué fuerzas lo ayudarán? Porque el
mundo como que está en otra cosa, ¿no le parece? Tampoco
se ven parlamentarios de la Concertación preocupados del asunto.
- Es que ése es el ambiente político oficial, no el mundo
real.
- Y si no es el mundo político, ¿quién cambiaría
el sistema binominal?
- Se cambia con la presencia cada vez mayor, cada vez más decidida,
de la gente. La Concertación se ha acomodado, pero resulta que
políticamente hay una gran cantidad de personas que no aceptan
esto y, desde el mundo social, va a venir un repudio muy grande. Hoy es
apatía, pero mañana puede ser una gran exigencia que se
va a expresar en las calles.
Gladys está convencida de que el sistema debe ser también
democrático en lo económico, con mayor participación
del Estado. Mal que mal, así lo han establecido naciones europeas
y, sin ir muy lejos, nuestros vecinos, la Argentina que tiene, por ejemplo,
educación pública y privada a nivel universitario. "Nosotros
tenemos un programa de democratización total", continúa
ella, que plantea un desarrollo económico nacional, con una economía
mixta en la que participa la inversión extranjera, que tiene un
componente social, o sea, donde participan los trabajadores.
- ¿A qué plazo está pensando? Porque si juzgamos
por el resultado en las elecciones de diciembre, estaríamos pensando
que la gente también está bastante distante...
- Nooo, si hay muchas opiniones críticas como las de Carlos Ominami,
muchas vienen desde el mundo social de la Concertación; hay fuerzas
que pueden imponer los cambios en un momento determinado. Lo importante
es seguir trabajando la alternativa, desde la base.
- ¿Para ver resultados en cinco o 10 años?
- No lo sé, pero se producirá.
- Sorprende su ánimo, especialmente por el tres y tanto por ciento
que logró en las elecciones.
- No soy para nada masoquista, me gusta la parte alegre de la vida,
y cuando vino la elección, es cierto que esperaba mucho más.
Pero ahí me di cuenta de cuán fuerte había entrado
la cosa del binominalismo, del voto útil, del pragmatismo. Y
también me di cuenta de que existía un alto grado de temor
en la gente, porque - durante la dictadura- al de izquierda se le perseguía.
¿Quedé pesimista? No, quedé bien, lo que hice penetró
mucho más en la sociedad que la cantidad de votos que alcancé.
Pero todavía la gente no pasa por decidirse a votar por lo que
encuentra justo, como que está obligada a moverse dentro de ciertos
parámetros. Por eso hay que romper con el binominalismo, para
que se vea que existe otro mundo.
Frente a las críticas de Moulian
Ese otro mundo ella lo ha visitado también este año. Antes
del viaje a EE.UU. voló a Libia y, antes de Libia, a Cuba, a
donde la invitaron a celebrar el 1 de mayo. Ahí habló
ante un millón de personas, se sintió a gusto y palpó,
también, cómo esa democracia se abre, transa y sigue dispuesta
a transar, el día que termine el bloqueo norteamericano que lleva
ya cuatro décadas.
Sí, democracia, porque Gladys cree que lo de Castro es eso, "una
democracia que funciona con todas sus particularidades".
Es decir, con sus propias formas de elegir y reelegir a Castro, con
sus propias formas de participación ciudadana:
- Yo constato que en Cuba hay tremendas necesidades, que la gente no
tiene suficiente en muchos aspectos - por ejemplo el tema de la movilización
es gravísimo- , que tienen carencias de alimentos, pero existe
un hecho principal, como en todas las cosas: el bloqueo económico.
Los cubanos están dispuestos a dar pasos en lo político,
cuando eso termine.
Agrega:
- Allá tienen una Constitución de hace unos 20 años,
que establece la participación directa, con muchas asambleas.
Las elecciones de candidatos la hacen, como quien dijera, en la Junta
de Vecinos de la Villa Portales, y después se juntan los de la
comuna para elegir. Fidel va a la reelección por un distrito
y debe elegirlo la base que, por supuesto, lo promueve, porque él
es el líder. Si eso no funcionara, no tendría explicación
que un país que haya pasado por tantos problemas, restricciones,
racionamientos, siga hoy, en su inmensa mayoría, sosteniendo
el proceso.
Estamos hablando de un país que tiene armas, porque existen los
Comité Populares de Defensa.
Ella es, sin duda, mucho más crítica consigo misma o con
el comunismo criollo. Acepta que la primera gran responsabilidad en
el fracaso de la Unidad Popular tuvo que ver con la improvisación,
con el hecho de no haber previsto qué tan fuerte iban a ser las
reacciones de la sociedad ante los cambios tan drásticos que
proponían.
Acepta, también, sin chistar, la crítica de su ex generalísimo,
el sociólogo Tomás Moulian, en el sentido que el discurso
de la izquierda no ha sido el apropiado. Y más que eso, "él
dice que no fuimos capaces de ser muy críticos a lo que fue la
construcción del socialismo real. Estoy de acuerdo. Pero hoy
debemos ser una izquierda que sepa llegar con su programa y estoy consciente
de que somos una fuerza en reconstrucción, después del
derrumbe total".
Movimiento mundial anti-neoliberalismo
El programa del que habla, tiene bastante que ver con la propuesta del
grupo que en agosto se juntó en Libia, el "Mathaba Mundial".
Fue la tercera reunión, pero la primera en que invitaron a Gladys.
Antes habían ido el Partido Socialista y el MIR. En el Mathaba
participan jefes de gobierno, partidos y organizaciones (fueron, entre
otros, todos los gobernantes africanos, Lula Da Silva, el rival eterno
de Fernando Henrique Cardoso; Adán Chávez, el hermano
del Presidente venezolano; Daniel Ortega, el ex mandatario de Nicaragua),
todos con el mismo afán: establecer un nuevo orden económico.
Y él se basa en el desarrollo económico nacional de cada
país para que, después de eso, se integre al mundo, por
bloques ojalá. Muy simplificado, en Chile pasaría por
una industrialización que le diera mayor valor agregado a nuestro
potencial: las exportaciones de cobre, madera y frutas. Cada nación
tiene que ver qué es lo suyo, su potencial, y también,
debería resolver cómo protege su producción, algo
así como las naciones petroleras ponen un tope, para que no les
baje el precio. Lo mismo propone Gladys para la producción cuprera.
Un cambio difícil, pero posible, dice ella. "La ola viene
de vuelta".
La Demanda Contra EE.UU.
EL 12 de enero de 1998, el Partido Comunista presentó la primera
querella criminal contra Pinochet y, entonces, reconoce Gladys Marín,
ni ella ni nadie se imaginó el vuelo que iba a tomar el asunto.
"Ahora hay más de 180 querellas contra él, por los
derechos humanos", dice contenta y sorprendida. Ahora se prepara
para llevar una querella a EE.UU.
De hecho, aprovechó la invitación del BID para contactar
abogados norteamericanos y, hoy, al menos hay cuatro viendo el asunto.
La presentación será contra el Estado, "pero tendrá
la forma de demanda contra las personas responsables que estén
vivas, como Kissinger o Bush padre, que tuvo a su cargo la CIA. Y no
es del partido, sino de todos aquellos afectados que lo deseen. Es decir,
de familiares de detenidos, torturados o desaparecidos, o, incluso,
de las propias víctimas, los sobrevivientes". Le han dicho
que es perfectamente posible de llevar adelante. Es cosa de presentar
los casos y la documentación (los requisitos son más o
menos los mismos que pide la justicia chilena), pero no resulta trámite
rápido ni barato. Sin embargo, Gladys espera el apoyo de varios
grupos norteamericanos acostumbrados a sacar adelante grandes campañas;
grupos sindicales, de derechos humanos, contra la globalización
y varios otros. Todos ellos ya le ofrecieron el apoyo. "Es que
allá están todos muy sensibilizados, la verdad es que
la desclasificación y las revelaciones de la intervención
de la CIA tuvieron allá un fuerte impacto. La gente me preguntaba
si el gobierno chileno iba a querellarse", comenta con algo de
ironía porque, en esos mismos días, Lagos estaba en tratos
con Bill Gates, para una donación de computadores.
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