WASHINGTON/AGENCIAS.- Treinta y tres empleados del Congreso estadounidense dieron ayer positivo en los exámenes médicos para detectar esporas de ántrax o carbunco en sus organismos, luego que el lunes pasado una carta contaminada con la bacteria fuera recepcionada en la oficina del senador demócrata por Dakota del Sur, Tom Daschle.

El líder de la mayoría demócrata en la Cámara alta expresó a la prensa que los 29 miembros de su equipo y los dos policías del Capitolio afectados fueron sometidos a exámenes nasales que pese a arrojar la presencia de esporas de ántrax no mostraron señales de infección, por lo que los médicos les suministraron antibióticos para evitar cualquier perjuicio posterior.

"La buena noticia es que todo el mundo estará bien. Estuvieron expuestos al ántrax pero no están infectados con ántrax", dijo el legislador, preocupándose por hacer la diferencia entre las dos situaciones.

Aparte de los policías y de los miembros del equipo de Daschle, dos empleados del senador demócrata por Wisconsin, Russell Feingold, también dieron positivo en el test. Las dependencias de Feingold se encuentran muy cerca de las que ocupa su compañero de bancada en un edificio de oficinas adyacente al Capitolio, sede de la Cámara de Representantes y el Senado.

En Nueva York, a su vez, el gobernador de ese estado, George Pataki, informó que se encontraron evidencias de ántrax en sus oficinas de Manhattan, pero señaló que ninguno de los empleados resultó contaminado hasta ahora, aunque por precaución se les recetó antibióticos de inmediato.

Según fuentes militares, la cepa de ántrax contenida en la carta enviada a Daschle es de tipo común o "pura", es decir que no fue modificada genéticamente, por lo que pudo ser tratada con antibióticos. El problema, era que las esporas estaban pulverizadas a tal grado de finura que podían propagarse fácilmente por el aire, aumentando su potencia y peligrosidad.

Trabajo especializado
En ese sentido, el ex inspector de armamentos de las Naciones Unidas en Irak, Richard Butler, dijo ayer a la cadena de televisión CNN que "sólo conozco a menos de cinco personas en EE.UU. que tengan los conocimientos para manejar esa forma de esporas de ántrax". Fuera de Estados Unidos, sólo en Irak y en países de la ex Unión Soviética existen expertos a este nivel, agregó.

A su vez, fuentes gubernamentales revelaron que la carta recibida en el despacho de Daschle guarda sorprendentes similitudes con la que recibió el presentador de noticias de la cadena NBC, Tom Brokaw. Aunque todavía debe establecerse si las bacterias de ántrax enviadas a ambas personas son de la misma cepa, los investigadores del FBI creen que los casos de la presencia de la bacteria informados en Florida, Nueva York y Washington están probablemente relacionados.

En Florida se registró el único caso mortal: Robert Stevens, editor fotográfico, murió de ántrax.

Como reacción a los resultados arrojados por los test de ántrax, el presidente de la Cámara de Representantes, Dennis Hatsert, decidió cerrar las dependencias que ocupa ese cuerpo legislativo junto al Capitolio. La medida, que rige desde ayer hasta el próximo martes, tiene el objetivo de permitir una inspección exhaustiva de los inmuebles en busca de posibles rastros de ántrax.

Daschle expresó por su parte que los senadores "permaneceremos en sesión hoy (ayer) y mañana (hoy). No dejaremos que este incidente detenga el trabajo del Senado: votaremos hoy y votaremos mañana".

La decisión de Hatsert fue avalada por el líder de los demócratas Richard Gephardt, aunque fue considerada "prematura" por muchos de los senadores.

Stock de antibióticos
Para estar más preparado para la lucha contra el ántrax, Washington ha aumentado la adquisición del antibiótico Ciprobay o Cipro, cuya licencia es de propiedad de la empresa alemana Bayer. La Casa Blanca ha iniciado gestiones para que otros laboratorios puedan elaborar el medicamento y así poder cubrir su creciente demanda.

Aunque ningún caso de ántrax se ha informado fuera de las fronteras de EE.UU, desde Australia y Nueva Zelanda, pasando por Filipinas, China o Japón, Rusia, Europa y todo el resto de América, una carta sin remitente o un polvo blanco sospechoso hace contener la respiración y temer al carbunco.
Incapacidad tecnológica

El temible ántrax o carbunco, cuya presencia aumenta en Estados Unidos, constituye una amenaza tanto más seria si se considera que no es difícil encontrarlo o cultivarlo. La bacteria es endémica en varios países y hay más de 100 laboratorios veterinarios que la manipulan, sostiene Olivier Lepick, autor de un libro sobre las armas químicas y biológicas.

Los terroristas podrían producir o robar los bacilos pero es probable que las armas se mantengan en un nivel primario como lo demuestra, según Lepick, el envío de cartas contaminadas, hecho que a su juicio revela la existencia de un "foso tecnológico" que no ha sido posible saltar. Para producir real daño habría que "militarizar" la bacteria volviéndola más patógena, más resistente a los antibióticos, y darle un vector capaz de difundirla eficazmente.

Primero, dice, se debe controlar la talla de las esporas: si son muy grandes, chocan en las protecciones del organismo; si son muy pequeñas, pueden entrar y salir de los pulmones. Y luego hay que esparcirlas sin que se eleven demasiado o caigan a tierra.