Ataques en Ramadán plantean un problema para Washington
El
Mercurio
Lunes
5 de noviembre de 2001
La Casa Blanca ha dicho que
los bombardeos seguirán en el mes sagrado musulmán,
pese al riesgo de perder apoyo en su guerra al terrorismo.
DEVOCIÓN.- El Corán, libro sagrado del Islam,
estipula que el Ramadán, que comienza el 17 de
noviembre, es un tiempo de devoción a Alá
y de autocontrol. |
Ximena
Villalón M. y Javier Méndez A.
"Nuestros
enemigos no descansarán en Ramadán, y nosotros tampoco lo
haremos", declaró el viernes el Presidente estadounidense
George W. Bush, al confirmar que los ataques sobre Afganistán
no se detendrán por la celebración del mes sagrado musulmán.
Sin embargo, en las últimas semanas Washington ha recibido
muchas exhortaciones a favor de que los ataques cesen o disminuyan
durante el Ramadán (que comienza el 17 de noviembre), ya que,
afirman, su continuación sólo contribuirá a empeorar el conflicto.
Por ejemplo, el Presidente de Pakistán, Pervez Musharraf,
pidió moderación durante el Ramadán y Osama-el Baz, alto asesor
del Mandatario egipcio, Hosni Mubarak, señaló que un ataque
occidental a Afganistán en esa fecha sería una grave ofensa
contra los musulmanes y un acto contraproducente para EE.UU.,
que aún debe conquistar el apoyo de amplios sectores todavía
escépticos con la denominada "guerra contra el terrorismo".
El secretario de Defensa Donald Rumsfeld, tras reunirse ayer
con Musharraf en Islamabad, aseguró que Washington era "sensible"
a los argumentos paquistaníes y de otros países musulmanes,
pero que "la realidad es que la amenaza de más atentados terroristas
todavía existe" por lo que los ataques continuarán durante
el Ramadán.
El sheij Abdul Karim Paz, representante de la Organización
Islámica de Argentina, estima que Estados Unidos debería cesar
inmediatamente su ofensiva aérea contra Afganistán, tanto
por respeto al Ramadán, como por una razón humanitaria. "Se
está castigando brutalmente a un pueblo indefenso", indicó
en conversación telefónica con "El Mercurio".
El sheij puntualizó que, aunque el Islam es una religión que
predica la paz, el Corán no establece prescripciones directas
contra la lucha durante el Ramadán y éste no impide a los
musulmanes efectuar actos de autodefensa en caso de que sean
agredidos. Mencionó la larga guerra entre Irak-Irán (1980-88),
cuando el régimen nacionalista de Saddam Hussein invadió a
su vecino islámico Irán, el cual debió recurrir a las armas
para rechazar la ofensiva.
Este mismo argumento es utilizado por Estados Unidos y sus
aliados para justificar la continuación de los ataques.
"Los mismos talibanes han rechazado un cese el fuego durante
el Ramadán en su lucha contra la oposición afgana, por lo
tanto no hay razones para que Estados Unidos deba hacer algo
que ellos mismos rechazan hacer", afirma desde Washington
el analista de la Fundación Heritage, James Phillips.
Según Eugenio Chahuán, académico del Centro de Estudios Árabes
de la Universidad de Chile, la prosecución de los bombardeos
contra Afganistán profundizará la sensibilidad en el mundo
islámico, que verá en dicha ofensiva un ataque a su fe religiosa.
"Va a abrir una herida aún más grande", indicó.
Víctimas civiles
Ante este panorama, muchos han planteado una opción intermedia.
El ministro británico de Defensa, Geoffrey Hoon, ha aceptado
la necesidad de tener en cuenta la "sensibilidad" del mundo
musulmán, pero ha dicho que no tiene sentido desde el punto
de vista militar "anunciar" a los talibanes las intenciones
de la coalición.
La idea de Hoon sería disminuir los bombardeos sin detenerlos
totalmente para "mantener a los talibanes en la incertidumbre".
Según Samina Ahmed, experta en temas asiáticos de la Universidad
de Harvard, si los bombardeos en Afganistán continúan durante
el mes sagrado "puede haber mucha molestia en el mundo musulmán,
pero la reacción va a depender mucho de si producen víctimas
civiles".
Patricia Gossman, experta en Afganistán de la Universidad
de Georgetown está de acuerdo: "Mientras continúen las muertes
civiles durante los bombardeos, sin ningún éxito en terreno,
le va a costar mucho a EE.UU. mantener el apoyo mundial" para
su guerra, afirma.
El efecto que puede tener la continuación de los ataques en
Pakistán, el aliado más importante de Estados Unidos en la
región, es para los analistas un tema de suma importancia.
Musharraf enfrenta una fuerte oposición interna de los sectores
integristas que apoyan al régimen talibán, por lo que los
bombardeos durante el Ramadán podrían perjudicar al Mandatario.
"Esa es lejos la razón más fuerte para pensar en una pausa
en los bombardeos", afirma James Phillips.
El analista agrega que estas mismas razones justifican que
"Pakistán también quiera ganar la guerra, y rápidamente",
pues de esta manera la influencia de los talibanes en la política
interna perdería fuerza.
Pilar fundamental del Islam
El Ramadán es uno de los cinco pilares del Islam y por
tal motivo, constituye para los musulmanes un período sagrado
donde se refuerza la fe. Los otros cuatro fundamentos de esta
religión son dar testimonio de que no hay más que un Dios
y que Mahoma es su profeta, orar cinco veces al día, dar limosna
a los pobres y peregrinar a la Meca si se tiene salud y los
medios económicos para hacerlo.
El Corán, libro sagrado del Islam, estipula que el Ramadán,
que se celebra durante el noveno mes del calendario musulmán,
es un tiempo de devoción a Alá (Dios) y de autocontrol. Durante
este mes, los musulmanes deben ayunar desde la salida hasta
la puesta del Sol y abstenerse de beber alcohol, de fumar
y mantener relaciones sexuales. El ayuno tiene un sentido
de purificación y se rompe al anochecer con una cena con la
familia y los amigos.
Abdul Karim Paz sostiene que el Ramadán representa un período
de descubrimiento. "Es el mes cuando fueron revelados los
textos sagrados a Mahoma. Entonces, los musulmanes nos preparamos
para recibir estas bendiciones ayudando y consagrándonos para
hacer el bien a los hombres". |