Análisis
Cálculos
políticos marcan la guerra
El
Mercurio
Miércoles
24 de octubre de 2001
Las
acciones bélicas norteamericanas en Afganistán tienen que considerar las sensibles particularidades geopolíticas de la región.
Thomas
Ricks y Alan Sipress,
The Washington Post
La
naturaleza limitada de los ataques aéreos contra las líneas
del frente talibán al norte de Kabul proporcionó el signo
más claro de que EE.UU. está utilizando la guerra en Afganistán
no sólo para destruir las redes terroristas, sino también
para sentar las bases de un gobierno afgano de posguerra que
impida que el terrorismo regrese a ese país.
Los ataques fueron sólo sobre blancos seleccionados, muy lejos de las olas de bombarderos pesados que expertos aseguran se necesitarían para erosionar las trincheras y posiciones de artillería enemigas.
Pero aunque la preocupación política recomienda un enfoque medido, los planificadores de la guerra están bajo presión para acelerar la campaña por la llegada del Ramadán y el invierno.
Entre las metas políticas de la administración está lograr la deserción de partidarios talibanes, equilibrar los intereses contrapuestos de grupos étnicos dentro del país y aquellos de países rivales en la región e impedir el movimiento masivo de refugiados que podría desestabilizar al vecino Pakistán.
Tanteo de Al Qaeda
A diferencia de lo que esperan los talibanes, hay fuertes indicaciones de que nunca habrá una guerra terrestre, al menos en el sentido tradicional del concepto.
En las últimas semanas, algunos ataques aéreos y acciones de tierra han sido esfuerzos de recopilación de inteligencia para ver cómo responden los líderes de los talibanes y la red Al Qaeda de Bin Laden.
Pero el mejor ejemplo de cómo las metas políticas han dado forma a la acción militar han sido los ataques aéreos limitados al norte de Kabul.
El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, precisó que Estados Unidos está listo para lograr que la Alianza del Norte avance hacia la capital Kabul.
El gobierno enfrenta el desafío de encontrar el equilibrio entre Pakistán y la Alianza del Norte. Esta última cuenta con el respaldo de los principales rivales regionales de Islamabad, que son Irán e India.
Un alto personero estadounidense manifestó que la administración ha dedicado toda su atención en los últimos días a ayudar a reunir una oposición amplia a los talibanes.
Frente amplio
Personeros de gobierno creen que el tiempo es crucial en parte porque no saben con qué rapidez se desarrollará la batalla, ni con qué rapidez los talibanes podrían caer.
Además, esbozar los contornos de un frente de oposición amplio mejoraría las perspectivas para conquistar la amistad de los talibanes descontentos y líderes de la etnia pashtún.
Patricia Gossman, experta en Afganistán de la Universidad de Georgetown, aseveró que Estados Unidos enfrenta el peligro de acelerar la acción militar antes que tome forma un frente de oposición con legitimidad local. Esto presenta un problema en particular para los esfuerzos de obtener deserciones en el sur y este de Afganistán, donde al apoyo a los talibanes es más fuerte.
Todo eso explica por qué gran parte del bombardeo sobre concentraciones militares parece destinado a unidades talibanes que tienen un número desproporcionadamente alto de árabes y otros extranjeros.
Ventajas
El hecho de concentrar los ataques en esas unidades sirve para varios fines. Debilita a los talibanes y a Bin Laden, al eliminar las unidades militares que protegen a ambos. Igualmente aprovecha el resentimiento afgano hacia los extranjeros.
Pero Rumsfeld rechazó la noción de que se está operando bajo un plazo final religioso y dijo a los periodistas que "la historia está llena de instancias donde las naciones musulmanas han combatido entre ellas o con otros países durante diversos días santos importantes para su religión y eso no los ha inhibido históricamente" de atacar. |